“Nuestro país está enfermo de inseguridad vial”

MARIA CRISTINA ISOBA
Directora de Investigación y Educación Vial “Luchemos por la vida”

Si nuestro país fuera una persona enferma y su enfermedad se llamara inseguridad vial, diríamos que este paciente se encuentra grave. Si el síntoma principal fuera la fiebre y esta se midiera en la cantidad de vidas que cada año se pierden por la inseguridad vial, diríamos que vuela de fiebre. Sin embargo, podría pensarse que el enfermo está bajo tratamiento. Se le aplican, según los responsables de la seguridad vial, las mejores medicinas internacionalmente conocidas, tales como dosis de controles de alcoholemia, dosis de controles de velocidad, reparación de algunas vías de circulación...El problema es que el paciente no recibe la dosis que necesita, le dan una píldora hoy y otra mañana y después lo abandonan a su suerte. ¿Qué paciente puede evolucionar si tiene que tomar varias dosis regulares de medicación cada día y recibe una dosis un fin de semana largo, otra alguna noche de viernes o sábado, o en vacaciones, y nada los días siguientes? Se conocen los tratamientos para la cura, pero se aplican a medias, en escasas ocasiones y el especialista elige, a este brazo sí y al otro no. Concientizar y educar desde la escuela, y a todos los conductores, controlar el cumplimiento de la ley y sancionar a los transgresores, en especial en los temas que más vidas se llevan, tales como el exceso de velocidad, el no uso de cinturones de seguridad y cascos, y el consumo de alcohol, mejorar y ampliar las vías de circulación. Estos son algunos de los “tratamientos” indispensables que deben implementarse en forma continua y sin excepción en todo el país. Mientras estas medidas no se cumplan, o sean esporádicas y selectivas, nuestro país seguirá enfermo de inseguridad y perdiendo vidas por doquier.