El Bosque: la cuna de la nueva capital

Antes de que La Plata fuera La Plata, cuando el terreno donde hoy se extiende la ciudad era un solitario pastizal habitado por teros y vizcachas, ya existía El Bosque. Se trataba de un monte natural de talas, sauces, cinacinas y ombúes que la familia Iraola, a cuya estancia pertenecía esa tierra, había completado en 1857 con coníferas, robles y otras plantas traídas de Europa, así como también con eucaliptos originarios de Australia.

Expropiado por el gobierno de la Provincia como parte de las tierras donde se iba a fundar la nueva capital, aquel monte fue en cierto modo el lugar desde donde ésta surgió. Y es que allí, en la zona donde hoy está la pileta del Club Gimnasia, existía una amplia casona de madera en la que se alojaron los topógrafos a cargo de Carlos Glade durante las afiebradas jornadas de demarcación de la Ciudad.

En esa casa de El Bosque habría pernoctado Dardo Rocha la víspera del acto de fundación de la nueva capital, como lo hicieron luego los gobernadores Máximo Paz, Ignacio Irigoyen y otros funcionarios, hasta que fue demolida en la década del 1910. Ya para entonces, el monte de talas de la familia Iraola había dejado de ser sin embargo un paraje inhabitado.

Ya en 1883, por orden del propio Dardo Rocha, había comenzado a construirse en él el Observatorio de La Plata sobre la base de instrumentos astronómicos enviados desde París para observar el tránsito de Venus por delante del Sol, una iniciativa que décadas más tarde iba a dar lugar a la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas, el primer centro de estudios de Latinoamérica dedicado al tema.

En octubre de 1884 habían comenzado también las obras del Museo de Ciencias Naturales, un óvalo de 135 metros de largo y cuatro plantas con laboratorios, talleres oficinas y amplias salas de exhibición para mostrar las colecciones que había donado como punto de partida Francisco Moreno, su alma mater y primer director.

En medio de aquella vorágine de obras que estaba transformando el antiguo monte, en 1885 el Departamento de Ingenieros comenzó a poner en marcha las mejoras proyectadas para convertirlo en un paseo público: senderos, glorietas y bancos para que disfrutaran las familias de la nueva ciudad.

Con el cambio de siglo el Paseo del Bosque se convirtió también en la sede del Zoológico Municipal. Si bien ya en 1890 existía en él una suerte de jardín zoológico, fue recién en 1904 que se creó una comisión para delinearlo. Entre sus integrantes se encontraba Alfredo Plot, el primer director del Zoo, quien donó su colección de aves para enriquecer el escaso patrimonio del que disponía el predio por entonces y se mudó con su familia a una casa de madera ubicada dentro de él.

Por aquellos años surgieron también el Lago y la Gruta, dos iniciativas del entonces director de Paseos y Jardines, Nazario Robert, quien también fue responsable de que el predio donde funcionaba el velódromo del Bosque fuera destinado a la construcción del estadio de Estudiantes, su club.

Junto al lago, donde hoy se encuentra el Teatro Martín Fierro, solían organizarse a principios del siglo pasado multitudinarias “romerías”, fiestas populares gracias a las cuales la Sociedad Española de Socorros Mutuos logró reunir parte de los fondos para la construcción de su hospital, hoy el Español.

Desde sus inicios, el predio verde más extenso de La Plata ha ido cediendo espacios dentro suyo para diversas actividades e instituciones. En él se levantaron el Colegio Nacional y la Escuela Anexa, la Escuela Técnica Albert Thomas, la Facultad de Ciencias Exactas, la Facultad de Odontología, el Club Hípico, el Cuartel de Bomberos, y los estadios de Gimnasia y Estudiantes. Pero además ha ido perdiendo superficie por el avance de la propia urbe, al punto de que de las 280 hectáreas que abarcaba en 1882, son apenas 60 las que ocupa en la actualidad.