Parque Vucetich: una usina rodeada de naturaleza

“San Martín”, por autodeterminación de los vecinos, que lo llaman así siguiendo una costumbre que cuesta desarraigar, o “Juan Vucetich”, según el nombre con el que lo bautizaron, finalmente, en homenaje al científico que desarrolló el sistema de identificación basado en las huellas digitales, el parque, tan histórico como su par, el Saavedra, se extiende entre las calles 50 a 54 y 23 a 27, cercano al barrio del Hospital Italiano. Ha sido, en sus diferentes etapas, de significativa importancia en el latido de un vecindario comprometido con “su” espacio verde.

El parque es uno de los dos - junto, asimismo, con el de 12 y 64 - que se plasmaron sobre los tres previstos originariamente para la Ciudad. También en este caso la finalidad primaria fue la de dotar a la nueva capital con un sistema de distribución del agua, pero con los años, además de cumplir con ese objetivo, el grupo de manzanas arboladas fue consolidándose como lugar de esparcimiento con una gran demanda de los vecinos de la zona y de otros sectores de la Ciudad que encontraron allí un espacio cómodo y agradable para pasar unas horas al aire libre o ejercitarse en la vida saludable.

Se cree que igual que el parque Saavedra, el Vucetich se inauguró no más allá de dos años después de colocada la piedra fundacional con la que nació La Plata. Originalmente, hasta 1901 su nombre fue Plaza de Armas. Pero ese año, mediante una ordenanza, se cambió la denominación por parque San Martín. En 1917, debido a que se llamaba del mismo modo la plaza de la Legislatura, se lo bautizó como Bartolomé Mitre. Ese nombre, no obstante, no le duró mucho, porque en 1926 fue sustituido por el actual, Juan Vucetich. Pese a las distintas modificaciones, los vecinos insisten en llamarlo como al Libertador de América.

Concebido, como se dijo, como planta de bombeo, entre 1906 y 1907 se efectuaron allí los dos primeros pozos de 61 metros de profundidad que abastecían el agua a la mayor parte de los barrios de la Ciudad. A poco de esa obra se debieron sumar seis perforaciones más, pues la cantidad de población crecía, en esos años fundacionales, a ritmo exponencial. La usina, que se mantiene funcionando en la actualidad, se inauguró en 1910. En ese tiempo se levantaron dos edificios y un tanque elevado de acero, de origen alemán, que para montarlo se trasladó desarmado. Allí se almacenaba la reserva para los vecinos de ese entonces. Ahí nomás, en 1913, se creó la dirección de Saneamiento y Obras Sanitarias, que con distintas denominaciones perdura hasta estos días.

El parque Vucetich fue motivo de algunas polémicas históricas vinculadas a los cambios urbanísticos de la Ciudad. Algunos antiguos vecinos recuerdan, por caso, una controversia surgida en 1965, cuando un proyecto proponía abrir las calles 24 y 26 y así “pasar por encima” de algunos ya por ese entonces tradicionales senderos y hasta interrumpir en las actividades educativas del “jardincito”, como siempre se lo llamó al establecimiento de enseñanza ubicado dentro del predio. La férrea defensa de los frentistas que rodeaban al parque y las manifestaciones promovidas también por la comunidad educativa del jardín de infantes para evitar que se altere el diseño original del parque frenaron, finalmente, la modificación de las trazas.

También son parte de la postal de la historia los tranvías que por allí circulaban, que pertenecían a las líneas 4 y 11, y que eran, al decir de algunos vecinos que alcanzaron a subirse en ellos, “muy puntuales” en sus recorridos.

Dentro del parque confluyen un jardín de infantes (el 903, considerado “modelo” en educación inicial), la planta de agua de Absa y varias canchas de deportes.

También hay un centro cultural, playones deportivos, bicisendas, circuitos aeróbicos y canchas de bochas. Además, no falta el tradicional sector de juegos para niños.