Contra el cáncer se puede: avances en los tratamientos permiten salvar cada vez más vidas

LUZ (9, DERECHA), LOGRÓ SUPERAR UN NEUROBLASTOMA Y HOY SÓLO SE SOMETE A PERIÓDICOS EXÁMENES DE CONTROL. EN LA FOTO JUNTO A SU PAPÁ CLAUDIO, SU MAMÁ NATALIA Y SU HERMANA MÍA

A los 9 años, Luz ya ganó cuatro medallas como jugadora de vóley. Sin embargo, su triunfo más resonante, el que le devolvió la sonrisa a su familia fue otro: haberle ganado al cáncer que le diagnosticaron cuando apenas tenía un año y dos meses. El punto de inflexión, el día que marcó un antes y un después para ella y su entorno fue el cumpleaños de tres años, el primero que pudo festejar con todos sus familiares una vez que no quedaron rastos del neuroblastoma que la había afectado. Luz se acuerda poco de los días más duros de la quimioterapia. Sus padres, en tanto, eligen detenerse poco en aquellos recuerdos: “a las cosas feas uno trata de ir dejándolas en un rincón”, dicen Claudio Massenzio (38, bombero) y Natalia Muñiz (38, policía), que son de General Belgrano. Sin embargo hablan de haber entrado “en otro mundo” a partir del diagnóstico y hasta el día en que la inquietante bolita que había aparecido inexplicablemente en la espalda de la nena hubo desaparecido por completo. Hoy Luz sólo se hace controles preventivos, que tendrá que mantener, aunque cada vez de manera más espaciada, hasta los 21 años. Pero sus principales preocupaciones ya son las más comunes a su edad: “las canciones de Violetta, los dibujitos de Nickelodeon, sobre todo Chica Vampiro y los deberes de cuarto grado”, enumera.

La historia de Luz se enmarca en una tendencia: cada vez son más las personas que logran ganarle al cáncer a partir de los avances en el diagnostico y tratamiento de la enfermedad. Una tendencia que se nota tanto en grandes como en chicos, pero que es mucho más notoria en el de los niños.

Según los datos manejados por el Instituto Nacional del Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, en los últimos 10 años se redujo en un 10% el índice de mortalidad por cáncer en todo el país. Y en algunos casos puntuales como el del cáncer de mamas, hasta un 20%.

La mejora en los tratamientos, los diagnósticos más precisos y a estadíos más tempranos, una mayor conciencia preventiva y la mejora del acceso a la salud de la población son algunos de los factores que se mencionan como responsables de esta tendencia.

Si esos son los índices a nivel general, resultan más auspiciosos en el caso de los chicos, entre los cuales la sobrevida se incrementó del 65 al 74% entre 1980 y la actualidad.

Daniel Pollono es jefe del servicio de Oncología del Hospital de Niños de La Plata (donde el índice de sobrevida en el caso de los tumores sólidos alcanza al 82% y al 79% en el caso de los linfo mas, uno de los más altos del país) y suma otros factores que contribuyen a un mejor pronóstico a los ya mencionados. Entre ellos, el trabajo interdisciplinario.

“Hace 30 años el chico era recibido por un oncólogo. Hoy se forman grupos mutidisciplinarios que están integrados por especialistas en oncología clínica, anatomía patológica, cirugía, diagnóstico por imágenes, servicios social, psico oncología, enfermería y farmacia. todos trabajando con un concepto que es clave: no tratamos el cáncer de los chicos, sino a chicos con cáncer”, dice.

Los tipos de cáncer más comunes que se tratan en el hospital de Niños platense son las leucemias (37%), los tumores que afectan al sistema nervioso central (19%), los linfomas (tumores en los ganglios (11%). Los carcinomas, comunes en adultos, son raros en chicos (1,7%) (ver gráfico).

Esta referencia es central para entender porqué es más común para los chicos superar el cáncer que para los adultos: mientras los carcinomas (propios de adultos) son muy parecidos al tejido donde se asientan y tardan mucho tiempo en multiplicarse y dar síntomas o signos, en los chicos son más comunes los embriomas (se los llama así porque recuerdan la histología del período embrionario de ese tejido) que se asientan en una superficie corporal más chica, se multiplican y se detectan más rápido y son más sensibles a los tratamientos como la quimioterapia, lo que favorece una mejor respuesta.

Con todo, los tratamientos responden a protocolos que combinan distintas terapias: quimioterapia, radioterapia, cirugía, inmunoterapia, hormonoterapia o manejo de anticuerpos monoclonales, de acuerdo al tumor y al estadío en el que es detectado.

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