Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Información General |IMPRESIONES

Egresados y fugados

27 de Noviembre de 2014 | 00:00

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

Largan tantos cadetes las escuelas de policía, que la delincuencia, para estar a tono, se desespera por liberar presidiarios. Como los flamantes oficiales están impacientes por debutar, algunas comisarías largan presos para que la muchachada se vaya entrenando in situ. Las fugas están en pleno revival y, lejos de las operaciones complejas, han vuelto a los calabozos las prácticas de siempre: en Bariloche, meses atrás, dos presos limaron los barrotes y escaparon. Ahora, en Rosario, un detenido atacó con una faca al vigilante que traía la comida. Y huyeron 32 comensales. Son métodos más civilizados que el que usó ese intendente misionero que, sin cacerolas ni limas, se evadió en canoa y a los tiros por alguna licitación sospechosa

Hay una necesidad de ir depurando los protocolos de fugas ante la firme posibilidad de que pueda ir creciendo el número de encarcelados. La naturaleza se encarga siempre de balancear los tantos. Y antes de sacar cuentas si es culpable o no, las penitenciarias van ajustando su lista de inquilinos para que haya lugar para todos. Como la cosa promete más presos, los calabozos auguran una nueva dinámica de entradas y salidas. Las celdas son como las camas calientes de los hospitales. Cuando la justicia manda nuevos huéspedes, algunos comisarios, con mucho sentido de la hospitalidad, prefieren, en un operativo relámpago, como el de Rosario, mandar a la calle a decenas de delincuentes que, sin mucho ruido, se incorporarán naturalmente a esas calles rosarinas donde veinte más o veinte menos no se van a notar demasiado.

¿Hubo descuido o complicidad? Esta vez fue a la hora de la comida, que siempre despierta otros apetitos. Las comisarías se han vuelto lugares de tránsito que los presos suelen usarlas para descansar, hacer amigos y preparase para nuevos destinos. Y la superpoblación desdibuja los roles. Tienen que atender denuncias, vigilar partidos de fútbol, responder a la prensa, dar de comer a los saqueadores. Y no es raro que los vigilantes confundan culpables con necesitados.

Scioli sabe que la seguridad es la clave. Y por eso relanza su campaña en la Escuela Vucetich. Antes, los políticos hablaban desde los balcones y hoy prefieren hacerlo rodeados de cartucheras, como adelantándose a una realidad donde los balazos van a medir mejor que las tendencias. Al amparo del miedo, los premios y castigos de a poco van recuperando terreno. Scioli les auguró un prometedor futuro a los buenos vigilantes. Y la policía santafesina, en la misma dirección, pasó a disponibilidad a cinco efectivos de la seccional de la gran fuga y designó como nueva jefa a la comisario Marisa Dutra. Está bien. Las mujeres siempre supieron llevar la comida a la mesa, son más desconfiadas y no les gusta que los hombres se escapen sin permiso.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla