Una protesta con varios condimentos

Por M.S.

Más allá de los reclamos que llevan a los gremios del transporte a realizar hoy asambleas informativas de tres horas que en los hechos se convertirán en paros encubiertos, lo cierto es que detrás de la protesta también hay muchos condimentos políticos. Y no solamente en torno a la relación del Gobierno con los sindicatos, sino también hacia la interna de los propios gremios.

Por eso no deberá llamar la atención que durante la jornada aparezcan imágenes antes impensadas para los conocedores del mundillo sindical argentino. Una de ellas se concretará en los talleres ferroviarios de Castelar, al oeste del Gran Buenos Aires, donde encabezarán juntos una asamblea el titular de La Fraternidad (maquinistas), Omar Maturano, y el líder local Rubén “pollo” Sobrero.

El encuentro resultará significativo porque Maturano es un fiel representante del sindicalismo tradicional peronista, mientras que Sobrero es un exponente de las corrientes de izquierda que fueron ganando predicamento en los últimos años. Ambos darán un mensaje que deberá ser tenido en cuenta por Sergio Sasia, titular de la Unión Ferroviaria y aliado clave del Gobierno nacional.

De hecho, Sasia es el principal sostén gremial de la precandidatura presidencial del ministro del área, Florencio Randazzo, para quien las asambleas de hoy serán también una suerte de revés político dada la millonaria inversión del Gobierno en el sector ferroviario. Sin embargo, el titular de Interior y Transporte no logra extender la red de apoyos al kirchnerismo entre esos sindicatos.

EL PAPEL DE MOYANO

Otro referente ineludible del sector del transporte es Hugo Moyano, el jefe histórico del gremio de Camioneros y secretario general de la CGT Azopardo, que de acuerdo a fuentes sindicales consultadas por EL DIA, no aparecerá este jueves ante los medios y recién lo hará mañana desde La Falda (Córdoba), donde sesionará un congreso de jóvenes dirigentes gremiales de Latinoamérica.

El silencio de Moyano no ocultará, de todos modos, la suciedad con la que amanecerían la ciudad de Buenos Aires y otros centros urbanos importantes del país ante la posible falta de recolección de residuos, en una jugada “estratégica” que se reservan los camioneros para hacer notar el efecto de una medida de fuerza. Igualmente, ese será un hecho menor si el conflicto entra en una escalada.

EL TEMIDO DICIEMBRE

Aunque los principales gremios del país, especialmente los considerados opositores, no quieren “pisar el palito” de convocar a un paro general el mes próximo, a sabiendas de que el último mes del año suele ser traumático para la Argentina por motivos económicos, sociales y políticos. Por eso, proyectan un “in crescendo” de la protesta, pero sin que derive en ningún desmán callejero.

Así las cosas, la bronca que provoca entre los trabajadores mejor remunerados la quita salarial cada vez más significativa que supone el impuesto a las Ganancias, genera un efecto contagio entre los dirigentes sindicales, que volvieron a analizar la posibilidad de reunificar a la CGT en distintas charlas reservadas en las que no dudan en calificar de “autista” al Gobierno de Cristina Kirchner.

De todos modos, tal como publicó este diario días atrás, una eventual reunificación requeriría en primera instancia que tanto Moyano como Antonio Caló, el metalúrgico que encabeza la CGT Balcarce, dieran un paso al costado para facilitar el surgimiento de una nueva conducción, que resulte más acorde a los tiempos políticos que abre la transición hacia las próximas elecciones.