Un conflicto que llegó demasiado lejos

El fallo de la Corte Suprema de la Nación sobre el extenso e intrincado conflicto entre la facultad de Medicina y las autoridades de la Universidad -acompañadas por el consejo superior- deja al Rectorado en una posición al menos incómoda. Queda en evidencia que la cuestión podía ser opinable y discutible pero nada tenía que ver con un capricho o una arbitrariedad de Medicina, como sostenían desde el Rectorado.

Hay que recordar que en la gestión del arquitecto Tauber al frente de la UNLP -en un ciclo que ahora continúa con la presidencia de Raúl Perdomo y con el propio Tauber en la vicepresidencia- no se limitaron a discutir con Medicina sino que acorralaron a la facultad y a sus autoridades hasta un extremo inédito en la Universidad: promovieron el juicio académico del ex decano de esa facultad, Jorge Martínez, y no sólo eso: lo denunciaron penalmente, en una decisión que las mismas autoridades habían eludido aún frente a delitos flagrantes en la propia casa de altos estudios.

Aquella denuncia penal fue rápidamente desestimada en la Justicia, adjudicándole una plena inconsistencia. El juicio académico también encontró dificultades para sostenerse jurídicamente. Ahora, el fallo de la Corte no sólo le da la razón a Medicina en su posición de fondo sino que avanza un poco más: subraya que la Universidad puso en peligro el dictado de la carrera de ciencias médicas y hasta subestimó intereses vinculados a la salud pública.

Queda en evidencia, entonces, que se llevó el conflicto a extremos que nunca debería haber alcanzado. En todo caso, frente a la legítima discrepancia interpretativa, debería haberse esperado el pronunciamiento judicial que acaba de llegar, evitando acusaciones altisonantes y atropellos institucionales.

El fallo de la Corte debería dejar varias lecciones. Desnuda, más allá de las argumentaciones jurídicas, que nada menos que en la Universidad -que debería ser cuna del diálogo y de la búsqueda de entendimientos- se privilegió el arrebato político antes que el debate riguroso y sustancial de las normas vigentes.