El triunfo fue el mejor regalo para un año muy positivo

EL CABEZAZO DE SCHUNKE PARA MARCAR EL CUARTO GOL DE ESTUDIANTES FRENTE A TIGRE EN EL ESTADIO CIUDAD DE LA PLATA

Por MARTIN CABRERA

Estudiantes le puso punto final a un año altamente positivo, tanto en el rendimiento colectivo como individual. Positivo en la consolidación de sus juveniles, teniendo en cuenta que Guido Carrillo y Joaquín Correa son dos joyas a punto de convertirse en millones de dólares. Y positivo en cosecha de puntos: volvió a pasar la barrera de los 30 en un torneo corto y llegó a 63 puntos a lo largo del año, puntuación que lo ubica hoy sólo debajo de River, que hizo diez más.

En los últimos años pocas veces Estudiantes superó la barrera de los 60 puntos . Sólo en 2010 (año que fue subcampeón primero y campeón después) lo hizo, al acumular 85 unidades. Antes, en 2009, había sacado 60, en 2011 llegó a 47, en 2012 hizo 55 y el año pasado cosechó 47 puntos.

Pero si los números aburren y no cuentan a la hora de los balances, están Guido Carrillo y Joaquín Correa. El capitán de los mejores delanteros del fútbol argentino, que con su doblete de ayer llegó a los cinco y cerró el 2014 con 14 conquistas con todo lo que eso vale en el mercado. Y el volante de sólo 20 años, que con todas sus lagunas fue considerado por sus colegas y la prensa nacional de las mayores promesas argentinas, le significará al club una venta millonaria.

En cuanto a nombres, el equipo también mostró a lo largo del semestre que Diego Vera es un delantero de área, que Ezequiel Cerutti pide a gritos un lugar y que Leonardo Jara puede jugar de lateral, de volante y de doble cinco.

Todo el mérito es del técnico. Mauricio Pellegrino logró armar otro equipo competitivo, como el del semestre pasado. Mérito para un hombre trabajador al que algunos hinchas le cuestionan que no haya conseguido un título. A sabiendas del presente del fútbol argentino y de la situación económica de Estudiantes, su continuidad es lo mejor que le puede pasar al club.

AHORA, A ESPERAR QUE COPA JUGARA

Como habrá sido de bueno el año que para el final quedó la clasificación a las copas. Aunque algunos se hacían nudos a la hora de sumar puntos, el Pincha ya estaba adentro de la Sudamericana antes de empezar el partido de ayer . Ahora, los cañones están apuntados a la Libertadores, el premio que espera el plantel, dirigentes y cuerpo técnico. ¿Cómo se pueden discutir de los merecimientos de un equipo que sumó 63 puntos a lo largo del año?

Si River le arrebata el título del torneo a Racing (algo poco probable) o si Boca le gana el desempate a Vélez el 17 de enero, jugará la Copa Libertadores. Si esas dos posibilidades no llegan a buen puerto entonces el premio consuelo será la Copa Sudamericana, esa que este año se le escapó por chocarse con la mejor versión de River.

LA COPA ARGENTINA, EL LUNAR DEL AÑO

Caerle al equipo porque no pudo ganar ninguna de las cuatro competencias del año sería tremendamente injusto, teniendo en cuenta la calidad de los rivales y del nivel mostrado en todas ellas. Sólo la Copa Argentina sigue siendo un trago que no pasó por la garganta. Sin equipos grandes ni poderosos por delante, en cuartos de final, l a eliminación a manos de Huracán es y será por un tiempo el lado B de un plantel que pudo haberse metido en la historia grande del club.