Asaltan a docente universitaria en la puerta de su casa de barrio Norte

TERESA PÉREZ GALIMBERTI, LA DOCENTE ASALTADA EN LA PUERTA DE SU CASA DE BARRIO NORTE

Un auto claro, aparentemente un Renault Clio, era el vehículo en el que se desplazaba un grupo de tres ladrones armados. Una abogada que los sufrió en primera persona se mostró preocupada por pensar que esos mismos delincuentes “pueden andar por Gonnet y alrededores viendo a quién le pueden robar”.

A ella, profesora universitaria de la Facultad de Derecho, la sorprendieron de esa manera. Sucedió el domingo de la semana pasada, cuando volvía de un cumpleaños en un country de City Bell.

A las 4 de la madrugada de aquel día, notó que un auto “color manteca” la seguía bien de cerca, cuando atravesaba la localidad de Gonnet por el camino Belgrano. Teresa Pérez Galimberti (64), la víctima, continuó su ruta de todas maneras.

“Cuando llegué a mi casa, en 36 entre 7 y 8, decidí dejar el auto en la calle, porque era casi de día. Vi que estos chicos en el auto frenaron en la cuadra, pero pensé que iban a entrar en la cochera del edificio de al lado. Pero me fueron a asaltar”, relató la abogada.

“Te mato, dame todo, porque te mato”, repetían una y otra vez los ladrones, todos en torno a los 18 años y con el caño de una pistola siempre apuntándole hacia ella. La profesora se quedó estática: los únicos movimientos que hizo fueron para darles su cartera y un sobre de fiesta.

Eso implicó que los delincuentes se llevaran su plata y documentos. También le robaron una bolsa con ropa y hasta intentaron escaparse en su Honda Fit. Pero lo dejaron allí mismo, porque no pudieron encenderlo.

El fin de semana se conoció el caso de un matrimonio de Gonnet al que, según se sospecha cuando se empezaron a atar algunos cabos, también lo asaltaron estos mismos jóvenes.

“Tendrían que revisar las cámaras de seguridad de la zona a ver si los ubican”, propuso Teresa.

A una semana de aquella secuencia traumática, la reflexión de la abogada tuvo mucho que ver con los temas que aborda en clase: “No sé de quiénes son los derechos que se respetan. Pareciera que una no se puede manejar normalmente sin miedo a que pase algo así”.

“Ahora no me quiero quedar de brazos cruzados, como si no se pudiera hacer nada contra esto”, concluyó la profesora.