La familia descarta la teoría del suicidio y cree que “fue un robo”

Mariano Benedit tenía 6 hermanos, uno de los cuales era su mellizo. Ellos y su madre están seguros de que lo mataron. Dolores Benedit, psicóloca y casada con Huberto Roviralta, descartó de plano la posibilidad de un suicidio al destacar el “carácter” y el “momento absolutamente pleno” que atravesaba su hermano, quien había sido padre de una “bebita” hace apenas 15 días.

“Junto a su mujer, estaban felices porque les había costado mucho tener a su hijita”, dijo, y advirtió que “no van a encontrar una sola persona que puede decir algo mal de Mariano. Era un tipo súper alegre; era la alegría de mi casa siempre, de mi familia. Estaba lleno de amigos. Estaba feliz”. Dolores confirmó que se iba a encontrar con su hermano a la 1 de la tarde del día en que desapareció.

“Siempre que llegaba tarde”, el asesor financiero la “llamaba” para explicarle el motivo de la demora. “Cuando pasaron 20 minutos, me pareció rarísimo porque lo llamaba y le mandaba mensajes y no los contestaba. No quería preocupar a mi mamá, no quería preocupar a su mujer. Entonces, empecé a llamar a lugares adonde podía haber estado, pero sin asustarlos”, relató. Pero, alrededor de las 16.30, se comunicó con otro de sus hermanos, a quien le dijo que la tardanza “no era normal”.

La madre de Mariano también se inclina a suponer que su hijo fue víctima de la inseguridad. “Fue un robo como le toca a todo el mundo”, dijo llorando en la puerta de la casa de su hijo, en el barrio de Recoleta, y calificó de “invento” a la hipótesis de un suicidio. Finalmente, la madre del asesor financiero dijo que su hijo “era un sol”.

En esta misma línea, el hermano mellizo de Mariano comentó que “fue todo rarísimo, no salimos del asombro. No fue un ajuste de cuentas, no fue un suicidio, fue un caso de inseguridad”, aseguró Bernardo.

Concluida la autopsia los restos de Benedit fueron entregados a su familia, que los veló en su departamento de la calle Arenales al 1600 y los inhumó luego en el cementerio de General Belgrano, localidad a la que pertenece el club de pato del que Mariano era vicepresidente.