La vida después del coma: un enigma que desvela a la ciencia

ROY CURTIS ESTUVO SEIS DÍAS EN COMA. CUANDO DESPERTÓ, ESTABA CONVENCIDO DE QUE ERA EL ACTOR MATTHEW MCCONAUGHEY

¿Es posible despertarse de un coma y pensar que uno es el famoso actor Matthew McConaughey? Disparatado o no, eso fue lo que le ocurrió al futbolista inglés Roy Curtis, quien pasó seis días en coma y cuando despertó creía ser el galán estadounidense, último ganador del Oscar al mejor actor. Pero no es lo más asombroso: desde que abrió los ojos, el deportista habla además fluidamente francés, una lengua que apenas estudió en un nivel básico en el colegio 12 años atrás.

“No puedo recordar mucho pero sé que pensaba que era Matthew McConaughey. Cuando fui al baño y me miré al espejo me sorprendí porque no me veía como él”, contó Curtis, quien hasta que sufrió el accidente jugaba en el Stourport Swifts FC.

“Con el tiempo me di cuenta de que no era él -agregó-. Pero varias veces estaba en el hospital pensando: ‘No puedo esperar a salir de acá para filmar”.

Los médicos del Hospital Birmingham Queen Elizabeth explicaron que el joven había sufrido una hemorragia multifocal intercraneal, es decir que sus vasos sanguíneos habían reventado y la sangre se le filtró al cerebro. Ahora bien, ¿es posible despertar de un coma y creerse alguien que no es? ¿Y hablar una lengua que apenas se conoce, cómo se explica? El caso del futbolista inglés, que todavía asombra al mundo, volvió sobre estos interrogantes que inquietan a la ciencia y para los que aún no existen respuestas claras y definitivas.

Según el neurólogo Jesús Porta, al tanto de este caso, un promedio de 5 de cada 10 pacientes accidentados, como ocurrió con Curtis o incluso con el propio Michael Schumacher (quien sufrió un fuerte golpe en la cabeza), no salen del coma.

De acuerdo a lo que explican quienes estudian y analizan el tema, para que una persona entre en coma debe ocurrir una alteración en el circuito del despertar del cerebro que incluye los hemisferios (derecho e izquierdo) y el tronco encefálico. Puede ser por un golpe en la cabeza producto de un accidente, una severa intoxicación por alcohol, drogas o alimentos, así como por una baja extrema de sangre, daños graves al riñón y falta súbita de oxígeno.

“Despertar del coma no implica recuperar la conciencia -sostiene Porta-. No sucede la clásica escena de cine en la que el paciente abre los ojos, reconoce de inmediato a sus familiares, habla con ellos y les pregunta: ‘¿qué pasó?, ¿qué día es hoy?’. Generalmente todo se da de una manera gradual, y las reacciones pueden ser bien distintas y no a todas se le encuentra una explicación lógica. Entre cuatro y seis de las personas que se quedan en coma por más de dos meses, tras un traumatismo cráneo encefálico, logran sobrevivir pero arrastran lesiones mentales y motoras en forma permanente”.

En el caso de Curtis, vale decir, pudo recuperarse completamente gracias a un tratamiento con una droga experimental. Y aunque no recuerda absolutamente nada del accidente que le cambió la vida, confiesa: “ya no puedo salir de casa sin abrazar a todos y decirles que los quiero”.