Maestro de maestros

LEOPOLDO FEDERICO JUNTO AL CANTOR JULIO SOSA, CON QUIEN TOCÓ HASTA SU MUERTE EN 1964

Por ALBERTO ALBA*

Leopoldo Federico fue uno de los mas importantes bandoneonistas de todas las épocas y se caracterizó por sintetizar la mayoría de las corrientes tradicionales y evolucionistas del tango. Su delicado fraseo y su manera de interpretar conmovieron al mundo al margen de su destacado virtuosismo con el instrumento, alcanzando cumbres interpretativas de excepción.

En su larga y rica trayectoria cabe mencionar que comenzó siendo casi un niño a aprender el bandoneón, estudió armonía con el maestro Félix Lipesker y con el bandoneonista Carlos Marcucci, llegando a grabar con la orquesta del pianista y compositor Juan Carlos Cobián.

El maestro llevó adelante, tras una destacada carrera acompañando a todos los grandes, su propia orquesta con instrumentistas calificados y con su propia y avasalladora personalidad. En relación a su magnífica obra como autor se pueden destacar: “Cabulero”, “Sentimental y Canyengue”, “Retrato de Julio Ahumada” y ”Diagonal Gris”, por nombrar algunos.

Leopoldo tuvo la oportunidad de realizar infinidad de giras con su orquesta y participo de una de las formaciones del recordado Quinteto Real, junto al maestro Horacio Salgan. Al margen de lo artístico fue Presidente de la Asociación Argentina de Intérpretes y continuó hasta el presente con su orquesta y colaboró siempre en la formación de jóvenes músicos que llegaron a ser grandes solistas.

Leopoldo Federico fue la síntesis del mejor y más evolucionado tango que nunca olvidó sus orígenes, como intérprete fue y será considerado sin discusión alguna, uno de los grandes maestros de la historia del tango.

*Presidente de la Casa del

Tango de La Plata