¿Podrían culpar al vendedor de la pirotecnia?

AL MUÑECO DE 42 Y 203 LO QUEMARON AYER A LA TARDE

La investigación que comenzó la policía a raíz de esta muerte se basa en un seguimiento detallado de cómo llegó ese mortero cebolla a las manos de los chicos que armaban el muñeco.

La intención de los detectives será “averiguar si la familia tiene algún ticket o comprobante de venta entregado por el distribuidor de fuegos artificiales”, se informó de manera oficial.

“En caso de que se comprueben irregularidades en el estado de los cohetes, o si se establece que eran ‘truchos’, se podrían tomar medidas para con el vendedor”, adelantó uno de los portavoces.

Sin embargo, esa línea de investigación podría correr el riesgo de quedar en la nada si es que, por el contrario, se determina que la falla en el explosivo no fue más que un accidente.

Al mismo tiempo, los detectives intentarán establecer si hubo errores o irresponsabilidad en la manipulación de la pirotecnia.

Por lo pronto, la comisaría 15ª de Olmos comenzó con las actuaciones preliminares de esta causa, en la que llamarán testigos para que aporten su declaración acerca de lo que vieron.

Recién pasados algunos días de este drama se podrá empezar a aclarar qué falló en los festejos y sobre quién caerán las responsabilidades.

TRADICION MANCHADA

En los últimos días, hubo tres jóvenes heridos de bala en el contexto del armado de los muñecos de fin de año (ver Página 21).

Aquellos casos emergieron en circunstancias de violencia barrial. El episodio que le costó la vida a Juan Cruz Velázquez, el chico de Olmos, en realidad tuvo más que ver con los peligros latentes que supone el uso de la pirotecnia, un mal que año tras año deja decenas de heridos.

Ayer, 1º de enero, los vecinos del adolescente seguían consternados. Fue para ellos un fin de año doloroso, una fiesta que derivó en drama irreparable.