El Canciller en su laberinto

EL CANCILLER HÉCTOR TIMERMAN EN UNA DE LAS DOS CONFERENCIAS QUE DIO EN LA SEMANA. EN AMBAS APUNTÓ CONTRA EL FISCAL DE LA CAUSA AMIA Y NO CONTESTÓ PREGUNTAS

Por Mariano Spezzapria Twitter: @mnspezzapria

La política exterior del Gobierno cruje. En pocos días, un atribulado Héctor Timerman pasó de marchar en París sin autorización presidencial, a leer comunicados en la Casa Rosada en un estado de alteración apenas disimulado. Como si estuvieran unidas por un hilo invisible, la reacción oficial frente al atentado terrorista en Francia y la denuncia de un encubrimiento a Irán en el atentado contra la AMIA se concatenaron para acentuar el desprestigio del Canciller.

Timerman ofreció explicaciones en ambos casos, aunque tanto a la dirigencia política argentina como a sectores influyentes de la comunidad internacional les quedó la sensación de que el funcionario sólo relató medias verdades, dejado en un terreno difuso aspectos centrales de su actuación que -claro está- hacen a los secretos de Estado. Por ese mismo motivo, el Canciller está encerrado en un laberinto cuya salida no aparece a la vista por el momento.

otra interna

En efecto, solamente la voluntad política de Cristina Kirchner lo sostiene en el cargo, dado que fue ella misma quien impartió las órdenes para que Timerman actuara como actuó, no obstante lo cual puede reprocharle que las gestiones que le encomendó no resultaron exitosas, aún en la lógica enrevesada con que fueron concebidas. Para colmo de males, una interna irresuelta en los servicios de inteligencia expone al Gobierno de manera inusitada.

Es que no hay dudas de que detrás de la denuncia del fiscal Alberto Nisman -elaborada con paciencia en los últimos tres meses- hubo un trabajo de escuchas telefónicas realizado por agentes secretos de carrera en lo que fue la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), desde cuya estructura abonaron la pista iraní en la investigación del atentado de 1994 contra la AMIA, con apoyo de organizaciones poderosas como la CIA norteamericana y la Mossad israelí.

Pero la vuelta de campana que propuso Cristina Kirchner al promover el pacto con el régimen de Mahmud Ahmadineyad -presidente de Irán al momento de las negociaciones reservadas que encaró Timerman- dejó a estos espías profesionales totalmente descolocados, ya que dio por tierra con un curso de acción que habían adoptado más de 15 años atrás. El referente de ese grupo es Antonio “Jaime” Stiusso, quien fue recientemente desplazado de sus funciones.

Según trascendió, la presentación del fiscal Nisman se concretó pocos días después de que el nuevo titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli, compartiera un asado con algunos integrantes de la conducción de La Cámpora en el cual festejaron el pase de Stiusso a cuarteles de invierno. La respuesta fue furibunda: uno de los dirigentes que aparecen vinculados a la diplomacia paralela con Irán es Andrés “Cuervo” Larroque, lugarteniente de Máximo Kirchner.

En una acción de manual, los espías criollos también escucharon las conversaciones de Luis D´Elía con supuestos agentes iraníes que le hicieron de nexo con Mohsen Rabbani, el líder religioso musulmán cuyo pedido de captura internacional sigue vigente en las circulares rojas de la Interpol por ser considerado el “autor intelectual” del atentado a la AMIA, la mutual de la comunidad judía en la ciudad de Buenos Aires, donde fueron asesinadas 85 personas.

La vigencia de esas circulares ha sido señalada como el motivo por el cual Teherán no firmó el memorando que el Gobierno hizo aprobar -por la fuerza del número pero sin convencer a nadie más que los legisladores propios- por el Congreso. Paradójicamente, Timerman se esforzó por desmentir que haya realizado alguna gestión para que Interpol depusiera los pedidos de captura, algo que los iraníes le enrostraron como una promesa inclumplida.

Como en otras áreas de la administración, la política exterior del Gobierno sufrió una notoria disrupción tras la muerte de Néstor Kirchner en octubre de 2010. Así se entiende que dos ex cancilleres como Rafael Bielsa y Jorge Taiana sigan con una mirada crítica el “affaire” iraní: el santafesino recuerda que el ex presidente le ordenó hacerle el vacío a un ofrecimiento del Gobierno de Venezuela -bajo el mando de Hugo Chávez- para acercar posiciones con Teherán.

A su vez, Taiana -uno de los precandidatos presidenciales que tiene el Frente para la Victoria- acaba de reconocer que el memorando con Irán “en nada ha colaborado” en la búsqueda de la verdad sobre el atentado a la AMIA. Lo mismo podría decirse del propio fiscal Nisman, que fue nombrado por Kirchner en 2004 para reactivar una investigación que se había ido a pique y que todavía sigue siendo una de las grandes deudas que tiene la Justicia con la sociedad.

Todos estos elementos confluirán mañana en la Cámara de Diputados, que aunque se encuentra en receso será el escenario de una reunión de la comisión de Legislación Penal encabezada por Patricia Bullrich, quien convocó al fiscal Nisman para que amplíe detalles sobre su denuncia contra la Presidenta y el Canciller. Pese a que inicialmente el kirchnerismo iba a desoír esa convocatoria, ya se sabe que asistirá para dar batalla cuerpo a cuerpo.

Comoanticiparon el propio Timerman y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el kirchnerismo planteará que la denuncia de Nisman forma parte de una jugada política para golpear al Gobierno, por lo que apuntará tanto contra sectores de la Justicia como de los medios de comunicación “corporativos”. Hasta dirá que se trata de una maniobra tendiente a evitar que el FpV gane en primera vuelta las próximas elecciones.

De hecho, la acusación de Nisman cayó tan pesada en la quinta de Olivos que desde allí se retomaron los contactos con Daniel Scioli para que apoyara a la Presidenta y cerrara filas junto con otros precandidatos kirchneristas, como Florencio Randazzo, Sergio Urribarri y Julián Domínguez. La retribución del inmediato gesto del Gobernador se vio en las últimas horas en Mar del Plata, donde buena parte del Gabinete nacional lo acompañó en un acto oficial.

tiempo de paz

Tal como adelantó este diario, Cristina Kirchner y Scioli estaban a la búsqueda de un “símbolo de paz” tras la escalada del ultraoficialismo contra el Gobernador. Y la denuncia contra la Presidenta aceleró los tiempos de la recomposición, como cada vez que la Casa Rosada necesita legitimarse ante una opinión pública impactada por escándalos de este tenor. Mientras tanto, en la oposición se registran movimientos públicos y otros subterráneos.

Por caso, el alcalde porteño Mauricio Macri avaló la postulación de Gabriela Michetti en la Ciudad tras una larga discusión interna en el PRO, lo que se abre ahora la posibilidad de que su compañero de fórmula sea un dirigente de origen radical. A su vez, Sergio Massa anticipó que su Vice no provendrá de las filas del Frente Renovador, mientras en Mendoza vuelve a tomar cuerpo la versión de que Julio Cobos competirá finalmente como candidato a gobernador.

Allí también se registró un hecho político significativo: el gobernador Francisco “Paco” Pérez cedió a la presión de los intendentes peronistas y anticipó las elecciones provinciales, con lo cual el PJ mendocino se estaría desentendiendo de la suerte del kirchnerismo a nivel nacional. Pero las urgencias oficiales pasan ahora sólo por el plano judicial, a raíz de la inesperada derivación de la causa AMIA y las investigaciones sobre el patrimonio de la familia presidencial.