Dos brutales asaltos a pocas cuadras

La de ayer fue otra madrugada de miedo en La Loma, donde -con pocas cuadras de distancia y minutos de diferencia- delincuentes amenazaron a un hombre que estaba a punto de entrar en su departamento y a una familia que olvidó echarle llave a la puerta principal. Al primero le hicieron algunos cortes porque se resistió a que se metieran en su propiedad y a los otros damnificados los habrían atado, informaron fuentes oficiales.

El primero de los casos ocurrió cuando habían pasado unos pocos minutos de las 11 de la noche del jueves, en 27 entre 40 y 41, donde hay un complejo de departamentos. A esa hora llegó a ese lugar -donde vive- un hombre del que no trascendió su identidad. Y coincidió que en ese mismo instante pasaran por ahí dos motochorros que subieron a la vereda y sacaron un arma blanca para reducir a su víctima.

Por lo que contaron los vecinos y algunas fuentes que tuvieron contacto con el caso, la intención original de los ladrones era ingresar con el muchacho al domicilio, pero él no estaba dispuesto a permitirlo. Se trenzó en un forcejeo con al menos uno de los agresores, maniobra en la que recibió algunos puntazos.

Inmediatamente después, y conscientes de que los gritos de la víctima ya habían puesto en alerta a más de un vecino, los motochorros optaron por conformarse con lo que tenían a mano. Le quitaron al hombre sus pertenencias -dinero por un monto que no trascendió, el celular, y otros elementos- y escaparon tan raudos como habían llegado.

“no sali por miedo”

“Yo escuché los ruidos y los gritos, pero no salí porque han pasado tantas cosas en la cuadra que me da miedo”, admitió una mujer que vive del otro lado de la calle de donde pasó todo. Pero otros vecinos sí salieron y asistieron al muchacho hasta que llegaron los primeros patrulleros del CPC.

“Tenía cortes en los brazos, la espalda y el pecho”, contó otra frentista, pero “no quiso recibir asistencia médica”. Por lo que relataron los policías, el damnificado tampoco quiso pasar por la comisaría, ya que desde la seccional Cuarta aseguraron no haber recibido denuncia del episodio.

Después del hecho, con los datos obtenidos en la escena, las patrullas salieron en busca de los delincuentes, aunque no tuvieron suerte. Desaparecieron.

la peor sorpresa

Apenas unos minutos después, un comerciante de 50 años y su mujer fueron sorprendidos en su casa ubicada en 24 entre 42 y 43.

Esto pasó alrededor de las 23.30, cuando el matrimonio se encontraba en la planta alta de la vivienda y de repente escucharon ruidos en el acceso principal. Segundos después y sin que tuvieran posibilidad de hacer nada, tres perfectos desconocidos los amenazaron de muerte.

“Entraron por la puerta principal, porque estaba sin llave”, explicaron fuentes oficiales. Uno de los intrusos tenía un arma de fuego, con la que neutralizó cualquier resistencia por parte de las víctimas. Una versión dio cuenta de que tanto el comerciante como su mujer habían sido maniatados, pero las fuentes policiales consultadas por este medio no lo confirmaron.

Lo concreto es que los ladrones mantuvieron bajo control a las víctimas durante el tiempo que les demandó recorrer la propiedad en busca de dinero. Después de un rato se llevaron todo el efectivo que encontraron (el monto exacto no fue precisado por los voceros), un reloj y una cadenita, según el reporte oficial.

la busqueda

Una vez que tuvieron plena certeza de estar de nuevo solos y a salvo, el hombre y su esposa llamaron al 911. Igual que en el caso anterior, los primeros en acudir a la denuncia fueron los patrulleros del CPC, cuyo personal contuvo a las víctimas y con los datos aportados, salieron en busca de los delincuentes. Jugó en contra el no saber en qué llegaron y se fueron, como tampoco qué rumbo tomaron.

Más tarde el matrimonio se acercó a la seccional Cuarta para radicar la denuncia por “robo calificado”, que recayó en la UFI de Autores Ignorados. Se le dio intervención a Policía Científica, para que peritos en rastro busquen elementos que ayuden a identificar a los ladrones.

No se descarta que ambos episodios estén ligados, aunque parece poco probable por la cantidad de autores y las armas utilizadas.

De cualquier modo, se investiga esa posibilidad.