Polémica y acusaciones detrás del éxito televisivo del momento

La telenovela turca Las mil y una noches , que se emite en el prime time de El Trece, no sólo es un éxito de audiencia sino también el epicentro de una fuerte polémica. Mientras los seguidores de la historia de amor entre Onur y Sherezade no paran de multiplicarse, esta semana el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica (CNA) salió a pedir que la serie sea levantada, dado que no consideran justo que se emita en el año en que se conmemora el centenario del genocidio armenio, una matanza que superó el millón y medio de víctimas pero que siempre fue negada por las autoridades turcas.

cuestionamientos

En su comunicado, la CNA cuestionó que se exhiba “una Turquía de fantasía que evita mostrar a un Estado y gobierno represor en la plaza Taksim, que tiene el triste récord de ser el país con mayor cantidad de periodistas presos, que oprime a minorías como la kurda, que no tiene escrúpulos en bloquear Facebook o Twitter frente a escándalos políticos para evitar la difusión de las críticas opositoras. Turquía es, en estos programas, alfombras, café, música y relaciones parentales fuertes”.

Para la entidad, no es casual que la telenovela haya llegado a la Argentina -un país con fuerte presencia de la colectividad armenia- en 2015, como se dijo el año en que se conmemora el centenario del genocidio armenio cometido por el Imperio Otomano, actual Turquía, entre 1915 y 1923, y que dejó más de un millón y medio de víctimas. “Ignoramos si existe una intencionalidad, pero lo que sí sabemos es que Erdogan y Aliyev, presidentes de Turquía y Azerbaiján, respectivamente, están realizando todos los esfuerzos necesarios para ‘acabar con la mentira del genocidio armenio’, como ellos la llaman”, sostiene la entidad.

El genocidio, que fue negado sistemáticamente por Turquía pero ampliamente reconocido en todo el mundo, causó una emigración masiva de armenios, muchos de los cuales formaron la comunidad armenia en la Argentina. Uno de esos primeros armenios que llegaron a nuestro país fue Ropen Apcarian, quien desembarcó en Berisso en el año 23 y murió en el 98. Actualmente, su nieto Gerardo Apcarian es el presidente de la colectividad armenia de Berisso y su mirada sintoniza con la del CNA. “Las casualidades no existen -dice-. Me parece bárbaro la ficción y la historia de amor que pueda contar, pero no podemos ser ingenuos: Erdogan siempre negó el genocidio de nuestro pueblo y se sabe perfectamente la fuerte presencia que tiene la colectividad armenia en Argentina. Que justo esta novela que pretende pintar una Turquía abierta y casi de cuentos haya llegado al país en el año del centenario del genocidio armenio no puede ser casual. Hay una intencionalidad detrás de esto”.

fuera de la pantalla

La queja de la comunidad armenia no es sólo una queja. Ya le enviaron una carta al director de programación de El Trece TV, Adrián Suar, y comenzaron a reunir firmas en internet para que la serie turca sea levantada cuanto antes. Desde la emisora hasta ahora no hicieron ningún comentario, pero nada hace suponer que se resignen a un éxito televisivo como el que disparó la telenovela turca, ya subida a la ola del rating.

Otro de los cuestionamientos que por estos días recibe la emisión radica en el rol ocupado por la mujer en la historia, completamente relegada de los lugares de liderazgo y obligada a optar entre sus valores morales y la vida de un ser querido. La mujer en cuestión es la joven y bella viuda Sherezade, quien es tentada por su jefe Onur a pasar una noche con él a cambio del dinero necesario para el tratamiento de su hijo, que sufre leucemia. Una suerte de propuesta indecente versión Oriente Medio.

“Yo no cuestiono la ficción -aclara Apcarian-, pero tengo muy en claro que detrás de esta novela, estrenada en el país justo este año, hay un claro proyecto de penetración cultural. El Estado turco busca mostrarse como una nación abierta y democrática, y entre sus acciones de lobby hay que identificar que no sólo está la emisión de la novela sino también todo el espacio que se le destina a hablar de Turquía en la programación de El Trece. Que se entienda: esto no es un ataque a un producto televisivo, sino un señalamiento a una estrategia para instalar una imagen de Turquía que nos afecta. No estamos en una posición intolerante. No estamos en contra de que alguien siga una novela. Lo que queremos explicar es que los espacios satélites del canal, los programas de espectáculos, por ejemplo, dan una imagen parcial de lo que es Turquía. Se habla que es un lugar paradisíaco para visitar, con una sociedad tolerante. Más allá de que tiene muchos lugares para ir y son muy lindos, en Turquía ocurren cuestiones graves. Y entre ellas está la negación del genocidio. No sólo lo hizo, sino que pone toda su estructura estatal para negarlo”.