Trabajar hasta el mes de julio sólo para pagar los impuestos

El Dia Libre de Impuestos es un indicador que mide la presión impositiva sobre los trabajadores y es tomado como un indicador que muestra de manera muy gráfica cómo creció la presión impositiva en la última década en la Argentina.

Así, en el año 2002, se calculaba que los asalariados debían trabajar hasta el 27 de febrero para cancelar todos los gravámenes correspondientes al año. En el año 2014, ese indicador se había “corrido” hasta una fecha ubicada entre julio y agosto, de acuerdo al nivel salarial de cada trabajador.

La principal causa identificada por los economistas para explicar este desplazamiento es el impacto de la inflación en los parámetros que determinan los distintos esquemas de tributación

Algunos economistas indican que este retraso de la fecha es consecuencia de una combinación de la suba de la presión fiscal y la desactualización de los parámetros que constituyen el esquema de tributación de distintos impuestos.

El indicador se obtiene tomando como base de análisis un año calendario y calculando a partir de qué fecha un ciudadano deja de obtener ingresos que van a parar al estado en forma de distintos tributos, o lo que es lo mismo: cuándo empieza a trabajar para su propio bolsillo.

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal muestra cómo se fue desplazando ese indicador en el curso de los últimos años.

Así, en 2012, ese día tan esperado llegaba entre el 19 de junio y el 13 de julio, en 2011 entre el 17 y el 29 de junio, en 2009, el 4 de mayo, en 2008 el 5 de abril y en 2002, como se dijo, el 27 de febrero.

La principal causa identificada por los economistas para explicar este desplazamiento es el impacto de la inflación en los parámetros que determinan los distintos esquemas de tributación.

Estas estimaciones, como la que surge de otro estudio que dice que hoy un asalariado entre el 45 y el 55% de lo que gana al pago de impuestos (un indicador que se ocupaba alrededor de 15 puntos porcentuales menos una década atrás) no sólo contempla a los gravámenes directos, sino también a los indirectos y a los llamados internos que alcanzan a algunos productos específicos.

Para el economista platense Martín Tetaz, el aumento de los impuestos permitió que entre los años ´80 y la actualidad se duplicara la recaudación y la carga impositiva del país se convirtiera en la más importante en la región, colocándose al nivel de algunos países europeos, lo cual tuvo consecuencias culturales: una de ellas, la de hacer a los impuestos más visibles que antes. Algo de lo que resulta muy ilustrativos los debates sobre el Impuesto a la Ganancias, considerado un impuesto visible, mientras que otros como el IVA - que a juicio de Tetaz en la Argentina alcanza montos ´prohibitivos´ cuando en realidad debería ser del orden del 15%- se caracterizan por ser impuestos que “no se ven”.

Para Tetaz, volver atrás en materia impositiva, reduciendo la carga sobre los contribuyentes es posible, pero eso plantearía un desafío para el estado; cómo reemplazar esos recursos, que deberían obtenerse a través de endeudamiento o bien bajando los gastos.

Otro economista, Marcelo Elbaum, consideró oportunamente que la actual situación con gravámenes como el impuesto a las Ganancias puede generar consecuencias negativas para el mundo del trabajo.

Elbaum cree que el gravamen sobre los sueldos altos puede desmotivar a los trabajadores a progresar hacia puestos mejor remunerados si eso implica ser alcanzados por el impuesto, así como también renunciar a hacer trabajo de más u horas extras por el peso que tiene el impuesto sobre esos ingresos extraordinarios.

Hector Cacace, profesor adjunto de la cátedra de Técnica y Legislación Tributaria de la Facultad de Ciencia Económicas de la Universidad de La Plata indica que en la actualidad “hay incertidumbre en entre los profesioanles a la hora de liquiedar el impuesto a las Ganancias a partir de la proliferación de normas” y que medidas improvisadas, como la que se tomó para dejar excentos del gravamen a los aguinaldos sobre el fin del año pasado contribuyen a esa confusión. Para Cacace “debería modificarse el sistema tributario”, revisarse y legislar buscando un sistema definitivo.