Siete personas por día contraen sida en nuestro país.
Es uno de los índices más altos de Latinoamérica. Y la enfermedad -según
la definición que difundió ayer la ONU- se ha convertido en "la más devastadora"
de todas las que ha tenido que afrontar la Humanidad.
El próximo 1º de diciembre se conmemora el Día Internacional de la lucha
contra el Sida. Con ese motivo, se difundieron ayer oficialmente los números
de esta epidemia en el país, en la Provincia y en nuestra ciudad. Ante
todo, pese a los avances, la epidemia no cede por lo que la prevención
sigue siendo la principal arma.
Más de 6.000 personas contrajeron el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida
(SIDA) en territorio bonaerense desde 1985, y casi el 50 por ciento de
ellas se infectó por el uso de drogas intravenosas, según datos oficiales,
aunque el segmento que más creció en los últimos años ha sido el de los
contagiados en relaciones heterosexuales. Esta circunstancia bajó la edad
de los enfermos y aumentó, como consecuencia lógica, el número de mujeres
infectadas. La relación de casos de SIDA por sexo indica que cada 2,60
hombres afectados hay una mujer, agrega el informe. Al comenzar la epidemia
era de 1 cada 20. De los 6.159 casos registrados, el 77 por ciento pertenecía
a personas del conurbano bonaerense; un 10 por ciento a la costa atlántica;
un 8 por ciento al área La Plata y un 5 por ciento al resto de la Provincia.
Estadísticas del programa provincial de Sida del ministerio de Salud bonaerense
revelaron que desde la aparición del primer caso de Sida en la Provincia,
en 1985, se registraron 6.159. El 46 por ciento de los casos correspondió
a enfermos de entre 26 y 35 años; un 24 por ciento, a personas contagiadas
mayores de 36 años; un 20 por ciento, a personas de entre 13 y 25 años
y un 10 por ciento a niños, menores de 13 años. El 44 por ciento de los
6.159 casos de SIDA notificados desde el comienzo de la epidemia, tuvo
como factor de riesgo de contagio el uso de drogas intravenosas. Otro
26 por ciento contrajo la enfermedad a través de relaciones heterosexuales,
la que más creció en el último tiempo; un 16 por ciento eran pacientes
homosexuales; un 9 por ciento eran hijos de madre portadora de HIV positivo;
y en el 5 por ciento restante no se precisó la forma de contagio. También
es preocupante la incidencia del contagio de sida madre-hijo, la más alta
del continente.
EN EL PAIS
En cuanto a la Argentina, siete personas por día se enferman de sida y
es el país que cuenta con los más altos índices de Latinoamérica en cuanto
a la transmisión del virus de la madre a su hijo y, junto con Brasil,
tiene el más elevado porcentaje de enfermos por habitante. Un total de
1.889 personas de nacionalidad argentina se enfermaron entre enero y setiembre
de este año, un total de 20.713 personas con sida, superior a los 18.824
enfermos que había hasta el 31 de diciembre de 2000, según informó la
Unidad Coordinadora Ejecutora de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual
(ETS).
En tanto, 122.000 personas estaban infectados con sida, situación que
aumentó en relación al año pasado cuando se registraron 120 mil casos.
Y del total de infectados, alrededor del 60 por ciento no sabe que tiene
la enfermedad. Mabel Bianco, coordinadora del programa Lusida en la Argentina,
dijo que "el porcentaje de transmisión del virus madre-hijo que llega
al orden del 6,6 por ciento, es el más alto de toda América. Este es un
dato muy preocupante porque muestra como creció la epidemia, especialmente
entre las mujeres jóvenes". En cuanto a la tasa de prevalencia, que mide
la cantidad de personas con sida de un país en relación con el total de
habitantes, "Argentina presenta los más altos índices, junto con Brasil,
de toda Sudamérica", indicó Bianco.
La funcionaria subrayó la incidencia muy grande de enfermos de sida "por
la utilización de drogas endovenosas. Esto se da por la situación social
y económica del país, la ubicación geopolítica de la Argentina -que incrementa
el intercambio con personas de otros países- y el movimiento migratorio
constante desde y hacia el país", opinó Bianco y agregó que "a nivel oficial
había un silencio que empezamos a quebrar cuando difundimos el año pasado
las cifras y la magnitud de la epidemia".
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