De Narváez, otro posible candidato a presidente

El diputado nacional por Unión PRO Francisco De Narváez no descartó la posibilidad de postularse como candidato a presidente en las elecciones generales de 2011, con lo que se sumó a la grilla de probables candidatos a la sucesión de Cristina Kirchner.

"No lo descarto", aseguró De Narváez ante una consulta periodística, con lo que dio aire a una posibilidad esbozada por sus colaboradores en los últimos meses que modificó su posición inicial respecto de que sólo le interesaba ser candidato a la Gobernación de la provincia de Buenos Aires.

En caso de que finalmente decida buscar el máximo sillón del Ejecutivo nacional, el empresario nacido en Colombia pediría una declaración de certeza a la Corte Suprema para que defina si puede ser candidato, a pesar de no ser nativo en el país.

"Mi aspiración es gobernar la Provincia de Buenos Aires. Pero en estos dos años que suenan muy volátiles realmente predecir hacia dónde va a ir la política argentina y a dónde quiere ir la sociedad no voy a descartar nada", afirmó.

La apuesta de De Narváez puede mantener la tensión en la sociedad política que comparte en Unión PRO con Mauricio Macri y Felipe Solá, debido a que ambos dirigentes expresaron públicamente sus aspiraciones a la Presidencia en 2011.

Sucede que el empresario quiere hacer valer la buena imagen con la que cuenta entre la sociedad -según señalan las encuestas- en la discusión política de la oposición.

ANTECEDENTE

Además, si la reforma política que envió al Congreso el Gobierno nacional avanza y Néstor Kirchner se consolida como el candidato oficialista, De Narváez cuenta entre sus antecedentes haber sido quien le ganó la pulseada de junio pasado.

"Hoy componemos la grilla de las personas que tenemos más aceptación en términos de imagen y reconocimiento de la gente, el vicepresidente Julio Cobos, Carlos Reutemann, Mauricio Macri, me incluyo entre ellos, podemos estar tomando un café y compartiendo aunque tenemos orígenes políticos distintos un destino común", destacó.

En ese marco, buscó conciliar con el resto del arco político opositor políticas nacionales conjuntas y se mostró como punta de un iceberg de un "acuerdo" que los ubique como sucesores de los Kirchner.

"Estamos convencidos que a partir del 2011 tiene que venir la racionalidad y la normalidad en la conducción política de la Argentina. Podemos ser adversarios políticos, pero hay ciertas reglas claras que durante 10, 15, 20 años nos vamos a prometer a iniciar", enfatizó.

Y si bien dijo que ese acuerdo es "la luz en el fondo del túnel", recordó que "el cambio está en la gente, la gente votó el 28 de junio por un cambio en la forma de conducir la política nacional".

"Estamos pensando en como construimos una Argentina a partir del 2011 que parece que falta mucho tiempo pero en la vida de un país, no lo es", admitió.