“La mejor arma para combatir la pobreza es la educación”

LEONARDO GASPARINI

Por

Marcelo Ortale

“La mejor arma para combatir la pobreza es la educación. La vía educativa es el camino ideal. La pobreza es un fenómeno complejo y se puede luchar contra ella por distintos métodos. Pero yo elijo el de la educación porque tiene consecuencias perdurables, de largo plazo” dice Leonardo Gasparini, licenciado en Economía en la Universidad Nacional de La Plata , donde dicta cursos de grado y posgrado.

Autor junto con otros investigadores de un libro sobre “Pobreza y Desigualdad en América Latina”, allí sostienen que sólo las naciones africanas al sur del Sahara, junto a otras del sudeste asiático, presentan índices de desigualdad de ingreso comparables a los valores de los países latinoamericanos.

Fundador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) dependiente de la facultad de Ciencias Económicas, asegura que las crisis externas, la frágil contención social y las aperturas de los 70 y 90 incidieron para que la Argentina descendiera en forma abrupta en el ranking de igualdad de América Latina.

Platense de tres generaciones, nativo del barrio de La Loma -del cual no deja de hablar- vive ahora en el corazón de Gonnet, en una casa diseñada por su padre arquitecto (Carlos Mariano Gasparini), con un jardín apadrinado por grandes cedros y una biblioteca en el living enriquecida por obras de Borges, Sábato, Bioy Casares, Cortázar, Saramago, Dostoievski, Flaubert o Joyce.

Su madre Zulma Brandoni es paleontóloga y él está casado con la también economista Mariana Marchionni, con la que tienen dos hijos en edad escolar: Santiago (14) y María (11). Recuerda a su abuelo que vivía en La Loma , en la cuadra de 40 entre 21 y 22, “que nos contaba cuando iban hacia el centro de La Plata caminando por el túnel construido para entubar un arroyo”.

Profesor visitante en la Universidad de San Andrés, dicta cursos también en universidades de Uruguay, Ecuador, Venezuela, República Dominicana, Guatemala y Honduras. En su carrera obtuvo importantes premios y becas, entre estas la Guggenheim 2008. Y en cuanto a distinciones, el mismo día de esta entrevista fue notificado por la UNLP que resultó ganador en su área profesional -junto a la licenciada Cecilia Inés Nóbile- del premio 2012 a Labor Científica, Tecnológica y Artística, otorgado también a investigadores y docentes de cada una de las unidades académicas.

-¿Cómo materia de estudio, qué tiene la economía de más atractivo?

-“Lo esencial es que en ella se cruzan los campos sociales. Es una intersección entre las ciencias sociales y la matemática. A mí me gustaban mucho en el secundario -que cursé en el liceo de Bellas Artes- materias como geografía o historia. Y tengo un recuerdo excelente de quien fue nuestro preceptor, Aníbal Viguera, que hoy es decano de Humanidades. En cuanto a mi carrera universitaria, primero me interesé por la macroeconomía y luego por la microeconomía”.

-¿Cuándo puede considerarse que una persona es pobre?

-“La definición de pobreza es, en parte, una construcción social. Ahora bien, la Argentina fijó un concepto de pobreza basado en el costo de una canasta familiar, esto es el de 2.700 kilocalorías por día. Allí se encuentra la línea de la pobreza, debajo de esa frontera. Es un concepto que surgió hace treinta años y se lo ha respetado. En otros países se utilizan parámetros diferentes”.

-Existen algunas diferencias de criterios entre los valores económicos que suponen esas calorías -concretamente el precio de los productos- entre las mediciones del Indec y otras no oficiales…

-“Así es. Existen criterios diferentes”.

-¿Cómo se encuentra nuestro país -siempre hablando de la pobreza- en relación con otros del continente?

-“Uno de los principales programas de nuestro centro de estudios (Cedlas) consiste justamente en monitorear la pobreza en todos los países América latina. Utilizamos encuestas de hogares y las confrontamos. De acuerdo a esos datos los países más pobres son los de América Central al norte de Costa Rica. Es decir, Nicaragua, Guatemala y Honduras. A ese grupo se suma Bolivia”.

-¿Y cuáles son los menos pobres?

-“En este orden son Chile, Uruguay y la Argentina. Chile comenzó a superarnos en los 90 y en cuanto a Uruguay la calificación sigue siendo oscilante, es decir a veces están mejor ellos y a veces nosotros. ¿Brasil y México? Bueno, son países que están en la mitad de ese ranking”.

-Existen programas asistenciales como fórmulas para paliar casos de pobreza. ¿Cuál es su opinión?

-“Que son útiles y muy necesarios, pero que no dejan de ser paliativos. Lo esencial sería impulsar programas productivos, que cumplen con el rol de dinamizar a la actividad económica general. El caso representativo más notable es de China. Tenía las tasas de pobreza más altas en el mundo y eso lo ha revertido, al igual que la India que va por el mismo camino”.

-En cuanto a los niveles de desigualdad económica, usted ha sostenido que en la Argentina son muy altos…

-“Si, es evidente que hay un fracaso distributivo muy importante. Los actuales niveles de desigualdad son similares a los de la década del ´90. La desigualdad se mide de varias formas: por la diferencia de ingresos y por el llamado coeficiente de Gini. Los datos recientes indican que se mantienen los valores de desigualdad de los últimos treinta años. La Argentina ha experimentado un fracaso distributivo como pocos países en el mundo”.

-¿Se puede medir esa desigualdad?

-“Si, de hecho está medida. La brecha proporcional de ingreso salarial -medida entre la franja más rica y la más pobre de la población- era de alrededor de 16 puntos en los años sesenta; de 18 en los setenta; de 22 en los ochenta; de 25 a mediados de los 90; subió a más de 40 en el 2002 y ahora retomó el valor de 25. En síntesis, ahora estamos igual que hace 25 años”.

-Alguna vez usted explicó cuales fueron los motivos del fracaso distributivo. ¿Podría reiterar esa explicación?

-“Si, dije que hubo varios terremotos en la economía. El primero y más importante fueron las crisis macroeconómicas, con alta inflación, como las hiper de fines de los 80 y principios de los 90, o la caída de 2001. Fueron procesos que destruyeron la igualdad en forma trágica. A eso debe sumársele algunas reformas d mercado y la apertura comercial implementada a fines de los 70 y en especial en los 90, que implicaron una modernización muy brusca de la economía que redujo fuertemente la demanda de trabajo no calificado con efectos sobre el desempleo, la pobreza y la desigualdad”.

-Usted cuestionó en su momento el modo en que se instrumentó la asignación universal por hijo…

-“Bueno, considerada en todos sus aspectos, la medida es desde luego positiva. Pero la implementación de ese programa por un decreto de necesidad y urgencia fue un golpe a la institucionalidad, máxime cuando la oposición se manifestaba a favor de avanzar en la misma dirección en que lo hizo el gobierno. Pero insisto en que es un paso significativo en términos de política redistributiva y de alivio a la pobreza”.

-¿Quiénes son los doctrinarios en economía que usted más admira?

-“Bueno, Anthony Atkinson, un ingles contemporáneo que ha sobresalido en el tema de la desigualdad de ingresos. Y Amartya Sen, un econ omista bengalí, que recibió el premio Nobel de Economía en 1998” .

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Seguidor de Borges, hincha fanático de Gimnasia al igual que su abuelo, padres, mujer, hijos y demás familiares, familiero profundo -pide que se mencione a su hermana psicóloga, Vanina y a los tres hijos de ella, sus sobrinos Catalina, Juana e Isaías- el doctor Gasparini sostiene que la economía como ciencia pone a disposición instrumentos que permiten producir resultados provechosos para la sociedad, “para explicar y cambiar la realidad social”. Pero cuando se cansa de la economía, Gasparini tiene un grupo de rock -”DisparArte”, junto a Hernán di Pietro. Uno de sus temas, llamado “Cuadrada” ya que habla de La Plata, fue seleccionado entre las 100 mejores canciones del concurso Destino Rock 2011 cuyo jurado presidió Gustavo Santaolalla y reunió a 5.500 bandas de todo el país.