El carnaval siguió en el estadio

MAR DEL PLATA (ENVIADO ESPECIAL).- Los hinchas de Gimnasia no saben de calendarios y así ellos anticiparon y armaron un gran carnaval en Mar del Plata. Poco más de 10 mil hincas se dieron cita en la Feliz para "bancar" al equipo que Pedro dispuso en cancha para enfrentar a Aldosivi en esa ciudad. Calor, playa y toda la expectativa puesta en el equipo, fueron un combo muy fácil de "comprar" y por ello los platenses en colectivos, autos, motos, surcaron la Autovía 2 desde muy temprano. Cada parador, cada estación de servicio fue un punto de encuentro que los Triperos usaron para renovar los deseos de retornar lo antes posible al círculo mayor.

"Lobo, mi buen amigo, esta campaña volveremos a estar contigo, te alentaremos de corazón", comenzaron a cantar desde la tribuna Norte una hora antes del inicio del encuentro. "Y ya lo ve, y ya lo ve, somos locales otra vez", le gritaron al puñado de hinchas de Aldosivi que ocuparon el sector Sur con sus tradicionales colores verde y amarillo.

Los primeros trapos que se colgaron en el "José María Minella" fueron: "El Mondongo", "Gonnet", "Parque San Martín", "Familia Ibáñez, Ensenada", "Lobo sin vos no hay murga en mi balcón", "Tolosa", "Plaza España", "Ensenada", "Disfruto mi enfermedad". Mientras los Triperos se acomodaban en la tribuna, los primeros aplausos fueron para el Mono Monetti cuando salió a precalentar.

El tiburón gigante de Aldosivi que ingresó al campo de juego (una gran maqueta tirada por una camioneta) desató el "Dale Lobo, dale Lobo" en toda la parcialidad albiazul y al pedido de "llená la cancha" los platenses recibieron al "gran pez" pintado con los colores del club local que se lo ubicó detrás del arco donde se ubicó la parcialidad marplatense.

La salida del equipo desató la locura al grito de "yo te quiero lobisón", que bajó desde la tribuna y la platea que presentó un lleno casi total. Con mucho entusiasmo vivieron los platenses los minutos previos y con mucha tensión todo el partido sobre todo cuando el local abrió el tanteador.

Y tanta presión se terminó cuando Franco Mendoza la mandó a guardar y allí se encendió una luz de esperanza para dar vuelta el marcador. El pitazo final y los aplausos de toda la popular le dieron el visto bueno al rendimiento del equipo, que pudo empatar un partido que se presentó muy complicado.