Las desventuras de un viejo wing

Si bien tuvieron carreras y trayectorias distintas, por puesto en la cancha y desventuras fuera de ella la historia de Luis Ciaccia guarda cierta similitud con la de René Houseman, aquel extremo derecho que deslumbró en Huracán, salió campeón del mundo con Argentina y terminó también en situación de calle por su adicción al alcohol.

En el caso de Ciaccia, su periplo luego de dejar el fútbol (en 1967) lo llevó incluso a ser empleado en el jardín Zoológico local, donde realizaba tareas de pintura en el año 1988 -como lo refleja la nota dominical de aquella época que ilustra este recuadro-. En aquellos años, el ex delantero de Gimnasia decía que tenía buenos recuerdos de su pasado como jugador y aseguraba que el mejor gol de toda su vida se lo había hecho a Boca en 1962. Casi un año después de aquella nota dominical, sin embargo, el 9 de diciembre de 1989, este diario informaba que, en un confuso episodio del que no se tenían mayores detalles, Luis “El Loco” Ciaccia había sido mordido en su rodilla izquierda por el orangután del paseo y, tras el ataque, debió ser internado de urgencia en el hospital Rossi.

Finalmente se recuperó, pero el viejo ídolo albiazul no volvió nunca más a trabajar cerca de los animales.