Estudiantes dejó dos puntos en Bahía

CARRILLO FUE CON TODO ARRIBA PERO NO LLEGO A CABECEAR LA PELOTA. ESTUDIANTES TENIA EL TRIUNFO PERO OLIMPO SE LO EMPATO EN EL FINAL

COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA

BAHIA BLANCA (Enviados especiales).- Si Estudiantes no ganó ayer cuándo lo podrá hacer… La frase, hiriente y caprichosa, seguramente habrá sido la sensación de los hinchas, en La Plata y en Bahía Blanca. Es que el equipo tuvo todas, absolutamente todas las oportunidades para empujar a Olimpo, al que le ganaba 1-0 con justicia, para quedarse así con los tres puntos que no consigue desde la fecha cuatro. Pero de la manera más infantil, y mostrando lo que le duelen las pelotas paradas, se lo terminaron empatando a los 43 minutos del complemento. Fue 1-1, resultado que no le sirvió a ninguno de los dos, pero que, indudablemente, se lamentó el Pincha ¿Y ahora?

Pocos partidos tendrá tan favorables como el de ayer. Después de un flojito primer tiempo, donde la pasó mal con los pelotazos cruzados de Olimpo y por el manejo de Leonardo Gil, se pudo poner en ventaja a los 8 minutos del segundo tiempo.

Fue por intermedio de Carlos Auzqui, quien de cabeza la cambió de palo, parábola mediante, para enmudecer al Roberto Carminatti. El centro de Jonatan Silva, al segundo palo de Nereo Champagne, le entregó la llave del triunfo a un equipo que no sabe cómo hacer un gol. Y menos ganar un partido.

A partir de ahí el partido fue ingresando a todos los niveles que le convenía a Estudiantes. Primero se empezó a enojar la hinchada local, después los jugadores aurinegros empezaron a perder la pelota y luego, lo más criticable, aun con cancha y espacio para atacar no lo hizo.

Damonte empujó por la derecha con Leo Jara. Por izquierda Patito Rodríguez y Auzqui insinuaron más de lo que concretaron. Guido Carrillo tuvo pelotas por el centro, lo mismo que Román Martínez. Pero como en un baile, cuando se da mil vueltas alrededor de la chica que gusta, de tanto esperar se va con el primero que la saca a bailar.

Ni Walter Perazzo, ni sus jugadores y mucho menos la gente se imaginaba que Olimpo podía empatar el partido. A decir verdad: ni Estudiantes podía tener esa pesadilla. ¡Si manejaba pelota territorio y ritmo del partido! Pero a los 43 minutos llegó una infracción sobre la derecha, que Gil adelantó cinco metros sin que ningún jugador reclamara. Centro picante, la peinan en el primer palo y por el segundo, ante la atenta mirada de todos, Matías Sarulyte (en posición dudosa) llegó para empujarla. Gol, empate y el peor castigo para un equipo: la impotencia de haber perdido del bolsillo un triunfo tan seguro como la llegada de la Navidad el 25 de diciembre.

Fue tan notorio el quedo de Estudiantes que en los últimos cuatro minutos, adicionados por Maglio, se le fue encima a Olimpo, con vergüenza, y casi lo gana. Hubo un supuesto penal a Franco Jara, un remate que pasó cerca del palo y un tiro libre que Champagne sacó al córner. ¿Tan difícil era darse cuenta cuál era el camino?

Quedará para la polémica de la semana qué quiso hacer Mauricio Pellegrino con el cambio de Germán Ré por Rodríguez, por qué hizo jugar tan alejado del doble cinco a Israel Damonte y por qué el equipo sufre cada vez que tiene una pelota parada en contra.

De lo que no quedará discusión es de la falta de inteligencia de un equipo que a pesar de tener jugadores con experiencia no puede ganar, ni siquiera ayer a Olimpo, al que tenía en el piso, de rodillas y con los ojos cerrados. Castigo para un Estudiantes que empata y empata, que llegó a los 13 puntos, una cosecha que no alcanza.

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