El desafío de explorar más en el fútbol de nuestra región

INFORME
Por NICOLA NARDINI

¿Por qué salir a buscar a cientos de kilómetros lo que puedes encontrar a la vuelta de la esquina? No son pocos los futboleros que, a esta altura, no dejan de hacerse esta pregunta en cada rincón de la ciudad. Desde hace bastante tiempo, tanto Estudiantes como Gimnasia realizan grandes rastrillajes por todo el país en búsqueda de talentos para nutrir sus divisiones juveniles. Así, han conseguido, en algunos casos, captar buenos valores. Ahora bien, sin desmerecer esta opción, ante la nutrida actividad de fútbol infanto-juvenil que se mueve en la Región no deja de llamar la atención porqué no hay un mayor porcentaje de valores locales en los planteles superiores del Lobo y el León.

Sobre todo teniendo en cuenta que en las últimas décadas, tanto triperos como pinchas, han disfrutado de grandes figuras con origen en nuestra ciudad. Y el rédito no ha sido sólo deportivo, ya que también han dejado buenos dividendos en lo económico. Juan Sebastián Verón, Martín Palermo o Luciano Galletti podrían ser citados por el lado albirrojo, al tiempo que los mellizos Barros Schelotto, Leandro Cufré, Chirola Romero o Mariano Messera sirven como ejemplos válidos por el lado albiazul.

Los jugadores de la zona generan gastos mínimos en comparación con lo que a los clubes les cuesta la formación de juveniles oriundos del interior del país. El alojamiento y la alimentación, que corren por cuenta de los clubes con los futbolistas que llegan desde lejos, eleva el número de la inversión en el fútbol amateur.

El razonamiento lógico es que para traer jugadores de sitios lejanos y apostar por ellos, con la inversión que eso implica, el salto de calidad producido por estas valores debería ser significativo. El tema es que no siempre esto ocurre y hay cientos de casos de juveniles que, por diversos motivos, se han vuelta a sus ciudades sin llegar a mostrar un nivel que justificara semejante apuesta.

Al margen de lo estrictamente deportivo, el manejo del desarraigo y la adaptación a un nuevo estilo de vida, lejos de sus afectos, es otro elemento que quienes llegan a la ciudad deben sortear. Representa todo un desafío para quienes, en plena adolescencia, deben madurar de golpe y poner proa a una ilusión que algunas veces acaba en el éxito soñado, pero que muchas otras termina con la ilusión trunca.

Sobran, también, los ejemplos de jugadores platenses que no han logrado su espacio ni en Estudiantes ni en Gimnasia y que hoy triunfan en otros clubes. Dos casos emblemáticos son los de Lucas Pratto y Ramiro Carrera, con grandes presentes en el fútbol argentino y un pasado en el que triperos y pinchas le han cerrado las puertas.

Pratto, la máxima figura de Vélez, no quedó en sendas pruebas de juveniles y, después de ganarse un lugar en las inferiores de Cambaceres, pudo saltar hasta el fútbol base de Boca tras una recomendación del “Loco” Palermo. Y Carrera, el pibe de Tolosa que hoy disfruta de un buen presente en Arsenal, fue rechazado en más de una ocasión en Gimnasia.

Del lado del Pincha, se recuerda el pase directo de Juan Martín Turchi del equipo liguista de Nueva Alianza a Estudiantes y por el lado mens sana el de Lucas Armando Lobos, que tras romperla en Unidos de Olmos, fue sumado para la cuarta división tripera. Incluso, más atrás en el tiempo, se recuerda el salto de Mauro Airez, a mediados de los `80, del liguista Verónica al Lobo. Todos ejemplos de valores de la Región que desde la propia Liga Amateur supieron saltar al fútbol profesional.

“Entiendo que para traer un chico de afuera, con la inversión que eso implica, tiene que venir alguien para ser titular indiscutido en su categoría, de lo contrario, no se justifica”, le explica a este diario Roberto Di Plácido, entrenador con 30 años de experiencia como formador de jóvenes valores. Y agrega que “en esta región tenemos uno de los mejores escenarios del mundo en cuanto a cantidad de jugadores para elegir, entre todas las ligas hay más de 3 mil chicos por categoría, con ese número es imposible que no salgan por los menos 3 muy buenos por cada división”, argumentó.

Damián Basílico, otro DT con muchos años de experiencia en la formación de juveniles, marcó que “la búsqueda de jugadores en todo el país se debe hacer, hay que tener presencia y hacerse fuerte en zonas clave, pero en La Plata se instaló un mito, con el que no coincido para nada, que indica que los jugadores de afuera son mejores que los locales, cosa que no es verdad y está lleno de ejemplos que demuestran que de esta zona surgieron jugadores que luego hicieron carreras excepcionales”, explicó ante la consulta de este diario.

“De aquí en adelante los clubes tendrán que asumir que será fundamental potenciar la búsqueda en la Región, porque con la federalización del fútbol, los equipos de acá llegan tarde a selecciones de jugadores en otras provincias, entonces toma mayor relevancia todo lo local”, concluyó.

REGION RECORD EN CANTIDAD DE JUGADORES

Entre todas las ligas que nuclean a las diversas entidades de fútbol infanto-juvenil, la cantidad niños y jóvenes que practican fútbol a nivel federado en la ciudad es prácticamente récord a nivel nacional, si se realiza un promedio entre la cantidad de habitantes y el número de chicos que juegan al fútbol. Las cifras realmente asombran, impactan. Tanto como llama la atención que, en ese contexto de una región donde los pibes que le dan a la redonda se cuentan por miles, luego no se produzca un correlato en el protagonismo que los jóvenes locales tienen en el fútbol amateur y, por propiedad transitiva, en el profesional de los dos gigantes de la ciudad.

Computando sólo los chicos de las diversas ligas de fútbol infantil, son casi 16.000 los niños que le dan a la redonda en la Región. LISFI es la liga que más clubes y equipistas aglutina, con 43 y 4.500 respectivamente, en APLAFI hay 40 con 4.000 chicos, la Liga Amateur Platense tiene 3.000 pibes en sus 31 entidades, LIFIPA cuenta con 21 instituciones con 1.800 jugadores federados y LAFIR 20 clubes para 2.500 jugadores.

Esto datos sólo incluyen la tira completa del infantil, es decir, desde las categoría 2001 hasta la 2007. Si a ello le sumamos todo el fútbol juvenil, el número de jóvenes federados en la Región supera los 25.000.

Hoy por hoy, varios de los jugadores con mayor proyección del Pincha y el Lobo saltaron desde clubes humildes de la zona hasta formarse en el fútbol amateur de los grandes. Por ejemplo, Gerónimo Rulli pasó del infantil de La Curva al albirrojo, como Jonathan Silva lo hizo desde Escuela 25, al tiempo que Fernando Monetti lo hizo desde Alumni.

Muchos especialistas marcan que los recorridos nacionales en búsqueda de talentos deben hacerse porque todo espacio que se pierde, es ganado por un competidor. Es una manera de ganar terreno y no perder, con el paso de los años, el espacio obtenido en determinadas plazas de las que suelen salir futbolistas con una interesante proyección. El tema es que no siempre salen cracks deslumbrantes en regiones recónditas y es allí donde entra a tallar la disyuntiva entre lo productivo de generar inversiones extraordinarias en la captación de valores que no superan en jerarquía a otros futbolistas que de repente despuntan a unas pocas cuadras.

Los ejemplos hablan por sí solos. En la Región abunda materia primera. Una realidad que, bien manejada, podría causar envidia en muchas partes del mundo.