Benjamín Lorefice, un canto a la vida

BENJAMIN LOREFICE (EL PRIMERO A LA IZQUIERDA) EN PLENA COMPETENCIA

REPORTAJE Por ADRIAN D’AMELIO

En el año ‘93 sufrió un accidente de tránsito en la esquina de 7 y 47. Iba en su bicicleta, cuando una moto de alta cilindrada lo atropelló. En ese momento, Benjamín Lorefice tenía en su poder dos récords argentinos en la especialidad de marcha: 50.000 metros en pista y 50 kilómetros en ruta, que todavía siguen vigentes.

A pesar del accidente y sus consecuencias, Benjamín siguió entrenándose como si nada hubiese pasado, Aunque apareció un dolor en la espalda, que continuó incrementándose con el paso del tiempo. El gran objetivo del atleta platense eran los Juegos Panamericanos de Mar del Plata de 1995, donde consiguió el 9no. puesto.

Los dolores se intesificaron. Hasta que un par de años, después de múltiple estudios, se le diagnosticó la lesión que padecía Lorefice: Espondiolistesis (es una afección en la cual un hueso -vértebra- en la columna se sale de su posición apropiada sobre el hueso que está por debajo). A pesar de ello siguió entrenando hasta que no pudo más.

SE ALEJO DEL ATLETISMO

La solución era una intervención quirúrgica, pero Benjamín sufrió una gran depresión por lo tomó decisión de dejar su gran pasión: el atletismo y marcharse a un retiro espiritual, en Villa de las Rosas, Córdoba. En dicho lugar permaneció durante 11 años, alejado de su familia, y haciendo tareas de campo, pero nada que tenga que ver con el deporte.

En el 2010 decidió retornar a La Plata. “Para mí fue comenzar todo de nuevo. El problema en la espalda no desapareció y después de diferentes consultas fui a ver a Daniel Silva (Biomecánico clínico y deportivo), que me propuso hacer un tratamiento para evitar la operación”, comenta Benjamín Lorefice.

Dicho tratamiento consiste en tres etapas: 1) Descompresión discal intervertebral asistida, 2) Rehabilitación funcional y 3) Reeducación biomecánico deportiva. De este modo, Lorefice se fue recuperando lentamente hasta que decidió volver a competir después de 18 años. Los entrenamientos se completaban con su trabajo de pintor en la ciudad de Buenos Aires.

Por eso a los 44 años de edad tomó la determinación de competir en el XX Campeonato Mundial de Atletismo Master de Porto Alegre. Se costeó el viaje y la estadía en la ciudad brasileña con los pesos que hizo juntando en su tarea de pintor con que se gana la vida.

“Entrené fuerte, pero mi objetivo era volver a correr. Por suerte las cosas me fueron bien. Logré el segundo puesto en la prueba de marcha de cinco mil metros y el primer lugar en diez kilómetros. La verdad que estaba mejor preparado para la primera competencia, pero en la siguiente tuve el suficiente resto para ganarla”, sostiene Lorefice.

En la prueba de 5.000 metros, el atleta platense impuso un tiempo de 21m57s; mientras que en la marcha de 10 kilómetros marcó un registro de 47m46s. Ambas competencias se encuadraron en la categoría de 40 a 44 años.

VOLVER A FESTEJAR

“Ambas carreras fueron muy parejas en la definición, ya que se resolvieron en los tramos finales. En la que me tocó triunfar es la primera vez que festejo tras ganar una competencia, porque antes no lo hacía debido a que me parecía una falta de respeto hacía mis rivales. Claro que esta fue especial y al cruzar la meta pensé en mi novia Laura Villanueva, que me apoyó en todo momento, en Daniel Silva y en todo el resto de las personas que de alguno u otra manera me alentaron para este regreso”, agrega Lorefice.

Benjamín no quiere quedarse solamente con este logro, que acaba de conseguir, y hasta por ahí se animó a decir que “podría volver en el atletismo no el master, sino en las categorías tradicionales. Ese es un sueño, pero hay que ir paso a paso”, cerró.