Vuelve Wolverine más afilado y musculoso que nunca

En su segunda película en solitario como Wolverine, Hugh Jackman vuelve con una aventura oriental con “Wolverine: Inmortal”.

Tenemos que recordar que el personaje tomó tanta relevancia que tuvo su desprendimiento de la saga de “X Men” tomando un protagonismo absoluto que le valió al actor la posibilidad de seguir en solitario y lograr una identificación inmediata con el personaje que le dió popularidad mundial.

La historia nos lleva al lanzamiento de la bomba atómica en Nagasaki para luego trasladarse a Tokio en la época actual donde Logan – Wolverine es convocado para contactarse con un poderoso empresario quedando en medio de una lucha feroz entre mafiosos.

La película elude derrochar efectos especiales y se centra más en las luchas cuerpo a cuerpo y en destacar las aptitudes físicas de Jackman, eso sí, de una manera muy entretenida.

El director James Mangold, responsable de “Johny & June, pasión y locura” y “Encuentro explosivo”, maneja este entretenimiento de manera más artesanal que lo que nos tiene acostumbrado este tipo de cine.

“Wolverine: Inmortal” logra divertir y entretener aunque el 3D en este caso no aporta demasiado.

Las afiladas garras de Wolverine salen igualmente de la pantalla y dan en el blanco tanto como si se viera en 2D