Le buscan nuevo hogar a la chimpancé más joven

“ZURI” SE MUDARÍA A UNA RESERVA DE BRASIL

En el Jardín Zoológico y Botánico de La Plata le buscan un nuevo “hogar” a la chimpancé “Zuri”, hija de la pareja que integran “Punia” y “Pweke”. Es que con 9 años de vida, el joven ejemplar pronto estará en edad de procrear, y según los especialistas, no es conveniente que siga conviviendo junto a su padre. Por eso, un grupo de expertos - entre veterinarios y cuidadores - viajó a Curitiba, Brasil, para iniciar las tratativas de traslado del animal al santuario de chimpancés del Proyecto Gran Simio.

“Zuri” nació el 12 de diciembre de 2004. Luego de ocho meses de gestación fue el primer alumbramiento exitoso de la especie en la historia del Zoo local. Su nombre (que quiere decir “hermosa”) fue una de las opciones dentro del idioma africano swahili que brindó el Servicio Educativo del predio y los niños optaron por ése.

Según señalaron voceros del Zoo, “la finalidad de concretar el traslado le daría a “Zuri” la posibilidad de tener un compañero, que le permitiría ser madre - a futuro - de crías sanas genéticamente y optimizar con sus 9 años y a corto plazo su bienestar animal”.

“Zuri” es hija de una pareja de chimpancés que se radicó en el Zoológico en 2000. Ambos ejemplares habían llegado - junto a dos más de su especie - desde la ciudad de suiza de Basilea.

CARACTERÍSTICAS DE LA ESPECIE AFRICANA

El chimpancé es una especie de primate homínido proveniente de África. Su hábitat son las selvas tropicales y sabanas húmedas de la zona central de ese continente, aunque solía ocupar, tiempo atrás, la mayor parte de esa, pero su espacio natural ha sido drásticamente reducido en los últimos años.

Bastante menor que el gorila y, en proporción, con el tronco más corto, el chimpancé macho adulto puede alcanzar, en posición erecta, una estatura que varía entre 1,30 metro y 1,60 metro.

Los chimpancés comparten con el hombre más del 95 por ciento del material genético. Tienen un nivel de inteligencia similar a un niño, pero no pasan de determinada madurez cognitiva. Se asegura que no llegan a hablar por razones anatómicas pero pueden desarrollar, si se los adiestra, el lenguaje de señas que utilizan las personas sordomudas.