Los secuestros virtuales siguen golpeando en la Ciudad

LOS DELINCUENTES HACEN VARIOS LLAMADOS POR NOCHE

Después de varias semanas de no dar señales, los secuestradores virtuales volvieron a hacerse notar en la Ciudad, apelando a la metodología de siempre: llamar a un teléfono fijo en mitad de la noche y “despabilar” a quien los atiende diciendo que tienen cautivo a un familiar suyo y que deben pagar rescate si quieren que lo liberen sano y a salvo. Con la difusión de esta maniobra ha disminuido su efectividad, aunque, en ocasiones, funciona.

Eso fue lo que pasó ayer en Tolosa. Según informaron fuentes policiales, un matrimonio entregó 1.000 dólares después de que un delincuente les aseguró que tenían secuestrada a su hija. Era mentira.

El hecho sucedió durante la madrugada, cuando los falsos captores llamaron a una casa y hablaron con uno de los dueños. De acuerdo a lo que trascendió, enseguida le dijeron que habían secuestrado a su hija y que la tenían retenida en capital federal tras lo cual exigieron la entrega de “todo el dinero que hubiera en la casa”.

Las víctimas -según la información policial- reunieron el efectivo que tenían (habrían sido unos mil dólares) y lo guardaron en una bolsa de nailon que dejaron en mitad de la calle. Desde la casa habrían visto que enseguida llegó un auto del que bajó un sujeto que recogió la bolsa y se fue.

El matrimonio -según el testimonio recogido por uniformados- se habría contactado luego con la hija y comprobado que estaba bien. Desde la Policía aclararon que intervinieron en el caso por un llamado al 911 pero las víctimas no radicaron denuncia. Y ante una consulta de este diario se negaron a dar información.

No fue el único caso ocurrido en las últimas horas, aunque sí el único que reportó un pago. En la zona de 35 y 5 sucedió un episodio parecido, sólo que la persona que atendió el llamado cortó enseguida y se contactó telefónicamente con el familiar que supuestamente estaba secuestrado.

llamar al 911

Ante la reiteración de estos hechos, las autoridades recomiendan ante un llamado de esas características no aportar datos personales ni familiares, tratar de comunicarse enseguida con la persona que podría estar en peligro y llamar al 911.

Los investigadores creen que esta última oleada de secuestros virtuales es ejecutada por la misma banda, que manipula a las víctimas haciéndoles escuchar gritos y operan por células: una que hace el llamado y otra que se acerca a la vivienda elegida, para retirar el rescate.