Un país que pone en juego su futuro

YANUKOVICH ACORDÓ CON EL OPOSITOR ANDREI MOSIENKO

La ola de violencia que conmueve a Ucrania, puede quedar resuelta a partir del acuerdo firmado ayer. Sin embargo, las tensiones no cesan porque el futuro de este histórico socio de Rusia está en juego y con él buena parte del próximo mapa político europeo.

La violencia, aunque no llegue a la guerra civil, puede desgarrar el Estado, como en la antigua Yugoslavia. Un motivo por el cual Ucrania pasa una etapa tan caótica es que, pese a las dos décadas de independencia jamás logró funcionar como una nación y el presidente Yanukovich no pudo disciplinar a las fuerzas de orden, que dispararon al azar.

Para Rusia, la sociedad con Ucrania es vital. Es más algún analista insiste que el hecho más importante para Moscú en los últimos diez años fue la revolución ucraniana, lo que hizo que Vladimir Putin buscara recuperar toda la influencia rusa.

Sin embargo la ola de violencia pone al país al borde de la desintegración.

Ucrania no sufre una mera división entre Oriente y Occidente. Desde el punto de vista geopolítico no se trata de saber si Ucrania se une a la Unión Europea o a Rusia. Se trata de saber si Ucrania se integra cada vez más en la comunidad de Europa y al mismo tiempo mantiene una relación estrecha con Rusia. Y se trata de saber también si la Unión Europea va a defender sus valores fundamentales, algo que no fue capaz de hacer en Bosnia hace 20 años.