Lo buscó por todos lados pero no encontró el gol

SEBASTIAN VERON VOLVIO A JUGAR EN ESTUDIANTES Y TUVO UNA BUENA ACTUACION

COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA

De cabeza, por los costados, desde afuera del área, de guapo, de chiripa... Estudiantes hizo todo para hacer un gol y ganarle a Olimpo, para trepar a la punta y empezar a sentir que puede ser uno de los animadores del torneo. Hizo todo, principalmente los méritos, menos lo más importante y lo que buscó desesperadamente: el gol. Por eso empató 0-0 como local y se llevó, otra vez, un gusto agridulce.

El equipo de Mauricio Pellegrino jugó un partido aceptable desde su arco hasta el área rival. Tal vez más que aceptable, porque dominó pelota, terreno y situaciones. Incluso en esa perfección se incluyen a sus jugadores más ofensivos, como Guido Carrillo, que hizo el trabajo de desgaste y de pivote asistidor de sus compañeros.

Pero el equipo volvió a dejar en evidencia todo lo que le cuesta hacer un gol. No puede o no sabe, a esta altura ya parece poco clara la diferencia. Y también tiene mala suerte, porque el remate desde afuera del área de Leonardo Jara, en cualquier otra película, era gol. No quedan dudas.

En el primer tiempo, el período en el que mejor se mostró, fue ampliamente superior a su rival, que no sólo no pudo patear al arco, sino que en contadas oportunidades pudo pasar la mitad de la cancha.

En esos primeros 45 minutos tuvo tres chances clarísimas, esas que en la tribuna se grita gol. Primero fue Román Martínez, dentro del área chica e ingresando por el segundo palo quien cabeceó afuera. Muy similar fue la de Guido Carrillo, pero con un centro desde la izquierda y con el nueve en la mitad del arco. Cabeceó afuera. Y la tercera estuvo en los pies de Joaquín Correa, que desde la medialuna del área reventó la pelota para hacer lucir a Nereo Champagne, que alcanzó a desviarla al córner.

En la parte final la búsqueda siguió de la misma manera. Pero los intérpretes más destacados, sea Juan Sebastián Verón o el pibe Correa, se mostraron cansados y fallaron pases más de lo permitido. Por eso Pellegrino apostó por el ingreso de Patito Rodríguez para generar algo de ruido por las bandas, y en Franco Jara para exigir a los defensores.

No fue tan claro el Pincha como en el inicio. Chocó y demostró que le cuesta romper defensas. Y hacer goles. En todo el ciclo Pellegrino Estudiantes fue un equipo con poco gol. Es verdad que ahora no le convierten casi nunca, pero no los hace tampoco. Negarlo es tapar el sol con los manos.

De todos modos, a pesar de la poca claridad, Leonardo Jara -la figura del partido- participó de una pelota parada y reventó el travesaño. Por el centro, desde afuera del área, se perfiló y le pegó un derechazo fenomenal. Casi al ángulo, con el arquero vencido y los de tribuna abrazándose...

Pero no entró esa ni las cuatro que tuvo en los últimos seis minutos, cuando tiró por la ventanilla todo el esquema prolijo que le exige el DT. Lo tuvo Román Martínez pero Pompei invalidó la conquista, pudo ser de Desábato, pero el palo dijo que no y pudo tener como héroe a Olivera, pero la pelota pasó cerca. No hizo el gol y el empate lo castigó. Se quedó en la puerta y con la seguridad que, sin arcos, es imposible pelear un campeonato.