Sigue la violencia extremista en Irak

POLICÍAS IRAQUÍES VIGILAN EN EL NORTE DE BAGDAD

BAGDAD.- El primer ministro iraquí Nuri Al Maliki admitió ayer que es necesario adoptar medidas políticas, además de las militares, para combatir la ofensiva de los insurgentes yihadistas sunitas que amenazan la integridad del país.

Maliki hizo estas declaraciones durante un encuentro con el canciller británico, William Hague, de visita en Bagdad, quien reiteró la petición a los dirigentes iraquíes de unirse frente a los insurgentes que ya han matado a más de mil personas y han obligado a huir de sus casas a cerca de medio millón desde comienzos de este mes.

Los rebeldes sunitas del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) lanzaron el 9 de junio una rápida ofensiva en Irak, donde tomaron el control de amplías zonas en las provincias al norte y al oeste de Bagdad.

Ayer, las fuerzas iraquíes lanzaron un ataque para intentar recuperar la ciudad de Tikrit (norte del país), en manos de los rebeldes que pretenden instaurar un califato, en momentos en que el presidente de la región autónoma kurda iraquí afirmaba que sus tropas defenderán la disputada ciudad de Kirkuk (norte).

Horas después, un atentado suicida en un barrio mayoritariamente chiita de Bagdad dejó al menos 19 muertos. “Deberíamos actuar en paralelo por las dos vías: primero, trabajar sobre el terreno con operaciones militares contra los terroristas y sus aliados. Segundo, seguir el proceso político y reunir al Parlamento, elegir un presidente para la cámara y formar el gobierno”, expresó Al Maliki.

Tanto EE UU como varias tribus sunitas habían pedido que se instaurara un gobierno de unidad nacional sin tener en cuenta los resultados de las elecciones legislativas del 30 de abril, que consideran una farsa.