El párroco del Cristo Rey dice que fue “la gota que rebasó el vaso”: se reúnen con los padres

LAS DOCENTES DEL COLEGIO SANTA MARÍA DE LOS ANGELES ASEGURAN QUE LOS ROBOS EN LA ZONA SON MONEDA CORRIENTE

Rubén Marchioni es el cura párroco en la Parroquia Cristo Rey, de la que depende el colegio Santa María de los Angeles, donde el padre de un alumno recibió un tiro al salir en defensa de otra madre que era asaltada por motochorros.

Horas después de ese incidente, de las corridas y el miedo, el sacerdote lo describió como “un episodio más del padecimiento que tenemos los ciudadanos”, en su extremo “más violento”.

Marchioni aclaró que “esto pasa todos los días en Villa Elvira” y dio cuenta de cuatro asaltos perpetrados “de la misma manera” en esa zona, tres de ellos “el domingo, antes de empezar la misa”.

“No hay docente, padre o directivo que no haya sido víctima de un robo, un atraco o una agresión”, lamentó.

Pero la historia que se desencadenó unos 20 minutos antes de las 17 de ayer fue, a criterio de Marchioni, “el colmo; la gota que rebasó el vaso”, ya que pasó “a plena luz del día, adelante de 200 personas”. Y tuvo como víctima a un padre que “no tenía más armas que sus propias manos”, las que batió con la idea de espantar a estos sujetos que sí estaban armados.

Desde no más de 3 metros de distancia, y a quemarropa, “le tiraron al estómago”. Los atacantes se fueron con la moto de la víctima, dejando a sus espaldas algo más que el desconcierto.

“La catarsis”, resumió el cura, convencido de que “estamos indefensos, desprotegidos. No es una sensación, estoy describiendo objetivamente lo que sucede, sin contaminación política”.

A medida que las condiciones de inseguridad se agudizaron, la escuela y la parroquia fueron implementando distintas medidas para hacerles frente.

“Pero es evidente que no están funcionando”, analizó el sacerdote, además de anunciar que para discutir cómo seguir resolvieron convocar a una reunión para mañana, desde las 6 de la tarde, con los padres de los más de 1200 alumnos que concurren a esa institución en sus cinco niveles.

Solamente a la primaria asisten 565 chicos, buena parte de los cuales estaban preparándose para salir cuando estalló el disparo. Marchioni no cree que lo hayan escuchado, aunque aclara que mientras algunos padres y maestros acompañaban al herido a la espera de la ambulancia, otros cuidaban que los niños no tuvieran contacto con semejante escena.

“Los retiramos por una puerta que da a otra calle”, detalló el párroco. Entre ellos estaban los dos hijos del herido de bala, Sergio Navarrete, quienes concurren al 1º y 6º grado y fueron contenidos hasta que llegaron sus familiares.

¿la misma banda?

“Necesitamos que los gobernantes nos protejan. Necesitamos respuestas urgentes”, reclamó Marchioni. En las inmediaciones del colegio hay cámaras de seguridad y una de monitoreo urbano ubicada justo en una esquina, a metros de donde pasó todo.

Por las características de la moto en la que se movilizaban los atacantes y la mecánica que desplegaron, los investigadores no descartan que se trate de la misma banda que protagonizó algunos de los episodios de los que dio cuenta el sacerdote.