Redes sociales, el nuevo coto de caza de clientes para las grandes marcas

Somos todos peces en el agua, siendo perseguidos por las grandes marcas para convencernos de que les compremos sus productos. ¿Cómo es esto? Creo que principalmente estamos escapando a las tediosas tandas publicitarias de la radio o la televisión, y la decadencia del papel como medio de comunicación anti ecológico y poco práctico. La que conocemos como audiencia (también lectores u oyentes). que es la joya de la abuela que todos persiguen, se vio tendencialmente inclinada a contenidos perfilados que se ven en aplicaciones y plataformas de comunicación globales, prácticas y operables desde nuestros instrumentos móviles. Y ha hecho, por ende, que la publicidad sea algo mucho más liviano, segmentada y menos invasiva. Además de tener características más simples, divertidas y cómodas.

Los líderes en el consumo son las plataformas audiovisuales como YouTube; Netflix; Facebook; Whatsupp; Instagram; Snaptchat; y otras… Estas le han quitado el mucho tiempo que antes le dedicábamos a los medios tradicionales como son la  TV abierta o por Cable, la radio, y la imprenta (diarios y revistas). Distinto es el rubro de libros, ya que su usuario es muchísimo más fiel que aquel que busca información cotidiana o un entretenimiento express. Los nuevos usuarios ponderan facilidad de acceso, rapidez, y costos mesurables. Hay muchísimos teóricos que muestran estas tendencias desglosando los porqués. Pero para mí, sin desmerecerlos, basta nada más verse a uno mismo o a su entorno para validarlos.

Por ende, los grandes perdedores son los tradicionales medios citados: TV; radios y diarios y radios. Muy lejos de la muerte aún, tienen ya varias contras y cada vez menos a favor. Para citar algunas positivas es su cultura de lectura o atracción, todavía resisten ante lo nuevo. El diario del domingo, el prime time de la TV, la radio en el auto o los líderes o referentes como pueden ser todos aquellos que son los “productos bandera” de esos medios. Pero sus contras hoy son más. Costos altísimos de publicidad y producción, poca posibilidad de medición y perfil de audiencia, y las nuevas generaciones los consideran algo ya viejo y fuera de su circuito de su área de consulta y uso de medios, que básicamente se centra en su teléfono móvil o su tablet. Estos medios tradicionales siempre tratan de “aggiornarse” a las nuevas plataformas, pero corren con mucha desventaja ya que no nacieron para ellas, sino que siempre vienen de atrás.

Ahora, volviendo al concepto de que somos todos peces en el agua, y teniendo en cuenta esta tendencia de consumo diversificada de redes sociales, forzamos a las marcas a que tengan que aprender ahora a navegar varios mares para encontrarnos y poder encantarnos con sus productos y ofertas. Cada una de esas redes sociales son un tipo de agua totalmente diferente, y los que las usamos también, ya que nos hemos manifestado con diferenciado al elegir cada uno en cuál “nadar”, y por ende, el continente es muy distinto uno de otro. Así les vamos complicando la vida a los publicistas para concretar sus estrategias de medios y mensajes, ya que tienen que activar formas específicas para cada una de ellas, y hasta inclusive, para cada uno de nosotros. Para tomar ejemplo de esta “persecución”, verán si son detallistas, que a veces en su navegación en la infinita Internet, les aparecen como publicidades relacionadas a sitios que visitaron recientemente por consultas comerciales, como pueden ser Mercado Libre o Despegar. Aquí entran en juegos los famosos “cookies”, que son como pequeños rastros que quedan registrados en sus navegadores creados por esas plataformas (Chrome, Fire Fox o Explorer, para citar los mas usados) y así conocer nuestros patrones de movimiento en la gran red y perseguirnos hasta que hagan una limpieza de "cookies" y la corten de cuajo.

Está claro que necesitamos ser menos masivos, se nota en nuestras elecciones a la hora de comprar. Porque en el mundo de las redes sociales, donde queremos informarnos, entretenernos, opinar, etc, se ve claramente esa tendencia. Hay rubros más reticentes para que esa tendencia de especialización se de, pero solo es cuestión de tiempo, cambio cultural, y de más nuevas tecnologías.

Cierro como siempre, reforzando nuestra idea de consumidores y sus tendencias, este caso de huida a las redes sociales no es más que un llamado a la individualidad y pedido de paz a la invasión publicitaria. ¡Pero ojo que siempre nos encuentran!  

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