JUAN JOSE NIEVAS

Su fallecimiento

Hombre de mar, deportista, padre de familia, diseñador y armador de veleros con espíritu aventurero e inclaudicable, Juan José Nievas falleció el miércoles pasado en nuestra ciudad. "Juanjo", como lo llamaban con cariño sus familiares y amigos, cumplía ese mismo día sus 55 años.

Su padre, Juan Carlos Nievas, había llegado a La Plata desde Bahía Blanca para convertirse en abogado; como tantos de los estudiantes que arriban a la Ciudad, aquí encontró una familia -la que formó junto a Melba Graciela "Kikuka" Mercader-, una carrera profesional -llegó a ser juez nacional en el ámbito laboral- y un barrio -el que hoy se conoce como Gonnet-Bell-. En esas calles tranquilas y arboladas transcurrió la infancia compartida de Juan José y su hermano Juan Carlos.

Después de pasar por la Escuela N°38, Juan José Nievas cursó parte de sus estudios secundarios en el Liceo Víctor Mercante y el Colegio Nacional antes de finalizarlos en el Belgrano de City Bell. Tras un breve paso por la facultad de Ciencias Jurídicas, comenzó a trabajar en la Legislatura provincial, y se entregó a su vocación: la naútica. En el Río de La Plata y en el océano Atlántico, protagonizó viajes de largo aliento, y participó -frecuentemente junto a su hermano- en regatas que unieron Argentina y Brasil.

En 1981, Nievas estuvo en uno de los dos barcos platenses pioneros en sumarse a una regata cuya meta fuera Río de Janeiro. Un año después, el destino fue Florianópolis. Fue también en ese 1982, y a bordo del Andariego -un dibujo de Germán Frers- que Juan José y "su" tripulación soltaron amarras hacia el Caribe. Después de casi 80 días, el 21 de diciembre, la misión -también inédita para un buque de origen local- quedó cumplida al tocar tierra en San Juan de Puerto Rico antes de seguir, como "yapa", hasta Miami.

Durante los '90, el citibelense se concentró en el armado de sus propios diseños. Y en 2004 intentó llegar al continente africano a bordo de una de sus creaciones, pero la rotura de un herraje de proa durante una tormenta, a 600 millas de las Islas Azores, le impidió hacerlo; dotado sólo con un aparejo de emergencia, logró regresar a La Plata, tras 32 días en alta mar.

Juan José Nievas se casó dos veces: en primer lugar con Cecilia Solero, y luego con Marisa Giffi, la madre de Juan Manuel, su único hijo y "su locura", según lo definen quienes supieron conocerlo: "era un protector, alguien con una entereza enorme, capaz de levantar la arboladura entera de un velero del agua y seguir adelante; cuando las papas quemaban, siempre se las arreglaba para superar los problemas".

Hace pocos días, ese mismo corazón que le permitía sobreponerse a dificultades que a otros les hubieran parecido insalvables, le dijo basta. "Era un gigante de casi dos metros y ciento treinta kilos que disfrutaba como un chico de estar en el mar y que el agua salada le mojara la barba" resumió uno de sus compañeros de emociones: "Lo vamos a recordar como un gran tipo, y un gran amigo".