Con el último aliento, Camba abrochó una victoria valiosa

Para Cambaceres, no hay mal que dure cien años, dice un viejo refrán. De acuerdo a lo que establece el historial, le ganó por primera vez a San Miguel, de visitante. Marcó el primer gol fuera de Ensenada, en lo que va del torneo; fue la primera alegría en esa condición, y como si eso fuera poco, Maximiliano Benítez, el eterno goleador, convirtió su primer tanto desde que regresó al Rojo. ¿Qué más se le puede pedir?

Fue una victoria justa, merecida, sobre todo, por lo que hizo el equipo de Martín Zuccarelli a lo largo de los 90 minutos. Al final, después de la conquista de Maxi Benítez (en tiempo adicional), y del pitazo del árbitro Sebastián Bresba, jugadores y el cuerpo técnico se unieron en un sólo abrazo en la mitad de la cancha, en señal de desahogo, después de varios intentos. Y así fue, nomás. Cambaceres tuvo un primer tiempo aceptable. Marcó diferencias a partir del sólido trabajo de los volantes, y además, porque siempre lo fue a buscar.

Si bien no tuvo demasiada puntería en los metros finales (uno de sus mayores déficit en lo que va del campeonato), mostró serios argumentos como para llevarse los tres puntos.

San Miguel fue muy tibio a la hora de atacar, y en defensa, exhibió demasiados desacoples, aunque Camba no los supo aprovechar. Lo más claro de esta etapa fueron un mano a mano de Benítez ante Bustos y un tiro libre de Ladogana, que se fue apenas desviado.

HUBO QUE ESPERAR

En la segunda etapa, San Miguel salió con otra determinación. Ajustó las marcas, se adelantó varios metros en el campo de juego, y se volcó masivamente al ataque, aunque por momentos dejó despoblada la última línea.

De a poco, Arias Navarro se fue convirtiendo en una de las figuras de la tarda, gracias a sus intervenciones. Y Camba, que bajó su rendimiento respecto de lo que había exhibido en la parte inicial, esperó agazapado, y preparado para la contra.

Un cabezazo de Bidondo, y un derechazo cruzado de Catriel, fueron algunas jugadas que pusieron en aprietos a una defensa de San Miguel desordenada, que cometió muchos errores conceptuales.

Los minutos fueron pasando y Camba se fue aferrando al empate, pese a la insistencia de San Miguel, que hizo las veces de local en la cancha de Villa Dálmine. Sin embargo, y cuando el Trueno Verde se había volcado al ataque, una contra de Camba, en tiempo de descuento, y muy bien comandada por el Piru Naser, terminó en un centro preciso para que Maxi Benítez defina el partido con el arco a su disposición.

Cambaceres ganó porque se lo propuso. Y porque esta vez, la suerte estuvo de su lado. Una bocanada de aire fresco para un grupo que siempre lo buscó, y que hasta ayer, no había tenido demasiado eco en sus intentos.