Murió menor de 12 años atacado con el pico de una botella rota

"Todavía no caí sobre lo que le pasó a Pedro. Estamos todos en la familia como aturdidos por esta tremenda noticia que recibimos. Nos parece mentira que no lo volvamos a ver". El dramático testimonio pertenece a José Martín Oyarse (36), tío del chico de 12 años que hace pocos días fue apuñalado con el pico de una botella rota, en el corazón del microcentro platense, y que ayer por la madrugada falleció en el Hospital de Niños, a raíz de las graves heridas que sufrió por ese ataque.

El autor de la salvaje agresión, como este diario adelantó en su edición anterior, tiene 14 años, posee más de 20 entradas -el solo- en la comisaría, y actualmente se encuentra a disposición de las autoridades del Ministerio de Desarrollo Humano bonaerense, internado en un centro especializado, en la zona sur del Conurbano.

Se trató de una tragedia anunciada, ya que el acusado integra la conocida "banda de la Plaza San Martín" o "banda de la frazada", por la que se han hecho infinidad de denuncias, ante la ola de inseguridad que rodea a ese paseo céntrico y sus inmediaciones.

Intentando dar muestra de entereza en este difícil trance familiar, pero denotando al mismo tiempo el dolor que lo embarga interiormente, Oyarse recibió a EL DIA en su domicilio de 603 entre 121 y 121 bis, de Villa Alba, y puso énfasis en que "Pedro no integraba la bandita de plaza San Martín, como escuché en algunos comentarios, ni ninguna otra. Era un pibe bárbaro, familiero, cariñoso, que iba al colegio a la mañana y a la tarde iba con su madre a vender láminas, flores y estampitas en la esquina del Banco Provincia de 7 y 46 para ayudar en su casa y tener algo de plata para comprar útiles y otras cosas".

"No tenía problemas con nadie y los taxistas de la parada de esa esquina pueden decir qué clase de chico era Pedro, porque era muy conocido, al igual que mi hermana, por quienes trabajan o acostumbran a pasar por ahí", aclaró".

Pedrito Oyarse vivía con su madre y diez de sus doce hermanos en una vivienda de 124 entre 79 y 80, concurría a la Escuela Nº 24, ubicada en 122 entre 80 y 81, donde cursaba en el turno mañana en tercer grado. "Es que tenía alguna lentitud para el aprendizaje, pero al menos tenía la voluntad de ir igual al colegio", citaron otros familiares.

El adolescente tenía simpatía por River Plate, aunque según indicaron algunos de sus hermanos "mi mamá no lo dejaba ir a la cancha cuando River venía a jugar con los equipos de La Plata".

Consultado sobre cuáles eran sus hobbies y proyectos, su tío mencionó que "era un chico muy sencillo, que más que nada estaba entusiasmado con el taller de La Amistad que funciona en su barrio y fue inaugurado con hijos de desaparecidos, donde se enseñan microemprendimientos. Y a Pedro le gustaba la música y quería ser percusionista".

LA PEOR NOTICIA

Posteriormente, José Oyarse se refirió a cómo se enteró de la terrible noticia del ataque a su sobrino. "Ese día estaba en una casa de 3 y 63 pasando un presupuesto de pintura, ya que hago changas. Eran las 20.30 cuando recibí por mensaje de texto a mi celular que un pibe que estaba en el centro de La Plata había llevado a casa de un vecino de Pedro su mochila. Y pidió que se avise a la familia que lo habían apuñalado", narró.

"Ahí mismo hablé por teléfono al Hospital de Niños para saber si lo habían llevado allí y me dijeron que no. Luego hablé al hospital Gutiérrez, donde me confirmaron que estaba en sala de pediatría por haber recibido un puntazo, pero que no me podían dar más datos telefónicamente", destacó.

"Entonces fui a buscar a mi hermana a su casa. Y le informé que habían herido de arma blanca a Pedrito en el centro de La Plata, porque ella no sabía nada. Nos dirigimos rápidamente al Gutiérrez y ahí nos dijeron que lo habían tenido que trasladar de urgencia al Hospital de Niños, donde fue llevado directamente a quirófano para operarlo por la herida que sufrió debajo de pulmón derecho, que afectó a una arteria. Pero desgraciadamente falleció a las tres de la mañana", señaló con tono que mezclaba bronca con impotencia.

"A Pedrito lo encontró un policía entre las 19.30 y las 20 del miércoles en 8 y 49, tirado en el piso sangrando. Tras reconocerlo como el chico que vendía cosas junto a su madre en 7 y 46, lo subió al patrullero y lo trasladó al Gutiérrez". Y antes de finalizar la nota que concedió a este medio, reiteró que "todavía no caí, nos parece mentira que ya no volvamos a ver a Pedro".