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Información General |NUEVOS CULTOS

El amplio abanico de la fe

En los últimos 10 años se anotaron 800 nuevos cultos en el paísPor FACUNDO BAÑEZ

El amplio abanico de la fe

Luciana Leguina, Nicolas Nessi y Cantón Carini en plena meditación zen. El dojo budista de la Ciudad funciona en 40 entre 5 y 6

27 de Abril de 2008 | 00:00
El relato, de origen chino y que acaso exprese la profundidad del concepto tao, se remonta al año 600 antes de la era cristiana. Es una historia milenaria que algunos ubican en la aldea de Kiu-Yen, en el reino de Tchu. Para Fabricio Ardoni, sin embargo, no es más que una forma didáctica de interpretar un poco mejor a la verdadera naturaleza de su creencia: el taoísmo.

Clic para ampliarFabricio está pelado por decisión propia. Usa una barba candado casi al ras y lleva una remera blanca, pantalón negro bien suelto y una sonrisa leve y cortés, casi seria. Sonríe cuando le dicen que se parece a la brujita Verón. Su edad no importa: Fabricio es de los que no envejecen.

Como cientos de personas en nuestra región y miles en todo el país, él es uno de los protagonistas de un fenómeno creciente a nivel mundial: el de los nuevos cultos. O mejor: el de las religiones no tradicionales que, aunque milenarias, empiezan en estos tiempos a ganar cada día más adeptos. Taoístas, hinduistas, africanistas o budistas son apenas ejemplos de un abanico religioso que se abre y muestra nuevas maneras de entender e interpretar la fe.

"Hace siete años que me inicié en el estudio del tao", cuenta Fabricio en un tono que parece de trance. Y agrega: "El taoísmo no sólo es un movimiento religioso. Es una doctrina filosófica. Una manera distinta y renovada de mirar y entender al mundo. Yo toda mi vida fui a un colegio católico, pero la única vez que me sentí un ser espiritual y religioso fue cuando conocí las enseñanzas del tao".

Se sabe: la manera en que las personas sienten y expresan su creencia fue cambiando con los años, y la diversidad religiosa se amplió a niveles impensados tiempo atrás: sólo en la última década se inscribieron 800 nuevos cultos en el Registro oficial de nuestro país. Y el fenómeno, como se dijo, no es exclusivo de la Argentina. Una encuesta reciente realizada por la consultora Gallup en 70 países reveló que sólo el 6% de las personas se definen "ateas convencidas", porcentaje que, en nuestro país, fue todavía menor: sólo 2 de cada 100 argentinos dijeron no creer en Dios.

EN EL TEMPLO ZEN

Por fuera es una casa antigua con puerta de madera y zaguán de techo alto. Ubicada a la altura del número 524 de la calle 40, cualquiera que pasa por ahí jamás llegaría a sospechar lo que ocurre adentro. Allí funciona el único templo budista de la Ciudad. O para decirlo en palabras propias del culto: el dojo zen de La Plata, que funciona desde hace 7 años con algo más de 15 miembros.

"Fuimos y vinimos por varios lugares -cuenta Cantón Carini, 31 años y 8 como budista-. Pero ahora alquilamos acá y tres veces a la semana nos juntamos a meditar. El zen no es más que eso: intentar volver a la condición natural del serhumano".

Clic para ampliarPara acceder a la entrevista, los budistas le piden a este cronista que participe de una sesión de zazen (meditación zen) antes de responder cualquier pregunta. El zazen dura una hora y media y, para hacerlo, uno debe sentarse sobre una colchoneta llamada zabutón y un almohadón de nombre zafu. Hay que controlar la respiración, la postura de la espalda y cruzarse de piernas con la vista en la pared. Como si fuera una penitencia. En silencio y con los ojos semicerrados.

En el centro del dojo hay un pequeño altarcito cubierto de paños rojos donde descansa una estatuilla de Buda. Somos seis hombres y una mujer vestidos de negro que miran a la pared y no emiten palabra. Hay aroma a incienzo y, al comienzo de la sesión, unos golpes de tambor que indican el momento de relajarse. A partir de ahí, es una hora y media de silencio absoluto. Cada tanto se oyen los ruidos lejanos que vienen de la calle. Un auto. El ladrido de un perro. Pero ni siquiera la sirena de una ambulancia logra enturbiar el aire diáfano y mudo que se respira en esa habitación de la calle 40.

"En el zen no se busca nada en particular -explica Nicolás Nessi, 23 años y 5 de budista-. Tal vez por eso sea una religión única. La búsqueda en todo caso es inconsciente, mucho más profunda. El que llega acá y necesita hacer zazen, sin duda que lo que busca en el fondo es dejar de sufrir".

EL CAMINO ESPIRITUAL

Los números son contundentes: desde 1990, el Registro Nacional de Cultos inscribió en promedio una nueva entidad religiosa cada seis días, una tendencia que abre nuevos caminos a creencias como el budismo, el hinduismo o el taoismo y que, de alguna manera, relativiza el monopolio que la Iglesia Católica gozó desde la fundación misma de la Patria. En el Registro de Cultos, concretamente, hay anotadas algo más de 3.600 entidades religiosas. El 75% son evangélicas, hay más de 300 africanistas y 355 dedicadas al espiritismo.

Al hablar de cultos, por qué no, se debe hablar también de templos, iglesias o sedes. Para dimensionar la cantidad de lugares físicos donde se "alojan" las expresiones religiosas basta con decir que sólo los católicos tienen 11.557 parroquias, iglesias, capillas y santuarios. Y que los evangélicos suman unas 12 mil filiales en todo el país.

En La Plata, la sede hinduista del Sahaja Yoga funciona en 23 entre 59 y 60. Allí todos los viernes unas 25 personas que van desde los 20 a los 55 años buscan acercarse a la espiritualidad que impartiera hace años en la India Shri Mataji Nirmala Devi. La sede es una casa con pasillo estrecho, patio sin verde y un salón principal donde, al frente, se luce una lámina del cuerpo humano con sus chakras y canales de energía bien marcadas. A un costado, un pequeño altar con la imagen de Shri Mataji y un televisor con imágenes de la India coronan y dan vida el lugar elegido para la meditación.

Clic para ampliar"En el hinduismo creemos que Dios es uno solo pero reconocemos a varias deidades", explica Gustavo Fernández, 40 años y 13 practicando la religiosidad hinduista. Gustavo llegó al culto después de no creer en nada, y ahora ya tiene dos viajes a la India y el miércoles pasado organizó un Coliseo Podestá que se llenó para ver al bailarín hindú Sandeep Bodhanker.

"A los 27 años, cuando me acerqué al culto, no creía en nada ni en nadie -cuenta-. Pero conocí las enseñanzas de Shri Mataji y comprendí que en realidad no estaba creyendo en mí.

Durante años se creyó desde la Iglesia Católica que las celebraciones efusivas dentro de la práctica religiosa eran contradictorias con la vivencia de una fe madura y seria. Actualmente, sin embargo, muchos creyentes se quejan de cierto "intelectualismo religioso" por sentirlo frío y distante, y se sienten más cerca de expresiones "festivas" en las que lo espiritual tiene un lugar casi preponderante. La rama católica que más creció en los últimos años, de hecho, es la Renovación Carismática, que incluye sanaciones y liberaciones de malos espíritus.

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