Triunfo vital en un partidazo

Vélez logró anoche un triunfo fundamental para sus aspiraciones de alcanzar los octavos de final de la Copa Libertadores al vencer 2-1 a Colo Colo, de Chile, en Liniers, por la cuarta fecha del Grupo 7. La dupla uruguaya integrada por Hernán Rodrigo López y Santiago Silva fue la que definió en la red la superioridad ejercida por el conjunto velezano cuando todavía no se había completado la primera media hora de partido.

Los chilenos se habían puesto en ventaja por intermedio del argentino ex Racing Club, Defensa y Justicia y Huracán de Tres Arroyos, Ezequiel Miralles, pero los atacantes orientales fueron demasiado para la defensa de los trasandinos.

El partido se hizo de ida y vuelta desde el arranque aún con planteos disímiles, siendo los generadores de fútbol ambos enganches, Maximiliano Moralez, la figura de la cancha, por el local, y el colombiano Macnelly Torres en la visita, aunque las diferencias las marcaron las duplas ofensivas. Es que el dueto Miralles-Esteban Paredes fue insuficiente para equipararse al poderío de Silva-López.

En lo que sí se parecieron ambos equipos fue en las irregulares tareas de las defensas. El primer gol llegó a los 7 minutos, cuando Miralles definió un mano a mano con Germán Montoya tras un pase de Torres y registró su primer tanto en el certamen. Pero 5 minutos después el que resolvió bien un mano a mano fue Rodrigo López, que con un zurdazo bajo empató el marcador.

Después, entre los 15 y los 25 minutos hubo dos intervenciones de sendos arqueros que indicaban la paridad en las acciones. Hasta que a los 28 minutos Emiliano Papa lanzó un centro desde la derecha que Silva capitalizó con un cabezazo que, tras rozar en Miguel Riffo, estableció prematuramente cifras definitivas.

El ex Banfield lleva ocho goles en diez partidos con la camiseta de Vélez, tres de ellos en este certamen.

Después de esta fragorosa media hora el nivel del juego decayó ostensiblemente y fue Vélez el que se dedicó a manejar la pelota.

Los dos equipos retomaron los bríos en la etapa final, apuntándole más al arco rival que a los riesgos que se podían generar en torno al propio. Pero la prepotencia ofensiva de los locales fue la que inclinó la balanza en su favor, ya que tuvo mayor cantidad de chances para aumentar al principio y al final de la etapa.

Colo Colo también dispuso de una oportunidad muy favorable cuando Germán Montoya le tapó un mano a mano a Miralles.