Dietas de verano, puerta de entrada de adolescentes a la bulimia y la anorexia

El verano manda y su inminencia impone la locura por la delgadez. Miles de adolescentes y jóvenes se lanzan por estos días a poner en práctica dietas hipocalóricas o a saltear comidas con la esperanza de "llegar bien" a las vacaciones. Pero esa carrera por verse mejor (muchas veces sin importar cómo) tiene para algunos un altísimo costo: de ella surge alrededor del 40% de los casos de bulimia y anorexia que se diagnostican cada año en hospitales y clínicas privadas.

Con su culto al cuerpo y sus dietas mágicas, los meses previos al verano disparan los trastornos alimentarios

Reconocidas por conductas que llevan al extremo el rechazo a engordar, la anorexia y la bulimia constituyen en nuestro país una verdadera epidemia que encuentra su terreno más fértil entre las adolescentes. Los centros que se dedican a tratarlas calculan que entre el 8 y el 10% de las chicas argentinas desarrolla alguno de estos trastornos que pueden extenderse durante años y provocar la muerte por inanición si no son atendidos a tiempo.

Aunque se trata de patologías que aparecen en forma regular a lo largo del año, el número de consultas vinculadas a ellas suele dispararse hasta un 25% al final del verano. Así lo observan reconocidos especialistas que no dudan al señalar la causa. "El modelo cultural que impone la delgadez como sinónimo de éxito y la publicidad de productos para alcanzar el ´cuerpo perfecto´se vuelven tan avasallantes en esta época del año que muchos chicos terminan cometiendo verdaderos suicidios alimentarios", aseguran.

Es así que si bien no cualquiera desarrolla anorexia o bulimia, ya que hace falta tener cierta predisposicón psicológica de base, el contexto juega un papel clave. Y los meses previos al verano, con su culto al cuerpo y sus dietas mágicas, son especialmente peligrosos, advierten los médicos enfatizando la necesidad de que los padres presten atención a las conductas en la mesa.

SEÑALES PARA PREOCUPARSE

¿Cuáles son los indicios a los que se debe estar atento? En principio, y aunque comparten rasgos en común, la bulimia y la anorexia nerviosa se manifiestan de modos distintos. Mientras que la primera se caracteriza por una alternancia entre ayunos y atracones, seguidos de una purga compulsiva; la segunda implica una autoimposición severa en la ingesta de alimentos.

"En el caso de la anorexia surge en general entre chicas muy exigentes consigo mismas. Porque lo cierto es que todas las chicas hacen dietas, pero sólo las más exigentes las llevan al extremo y terminan desarrollando una patología. Cuando es así resulta común que se muestren obsesionadas por contar las calorías y eviten constantemente compartir la mesa mediante excusas", explica la doctora Mabel Bello, directora de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA).

Pero además, cuando no recurren a excusas para comer delante de otros, "ponen en práctica rigurosos rituales en la mesa, como cortar los alimentos en porciones diminutas, desmenuzarlos o masticarlos interminablemente. En cualquier caso, el resultado es una pérdida de peso muy notable que puede provocar la caída de cabello y la interrupción de la menstruación", detalla por su parte el doctor Norberto Russo, director de la Asociación para la Prevención y Ayuda de los Desórdenes Alimentarios (APADAVIS).

Contra la delgadez extrema de la anorexia, la bulimia suele manifestarse en cambio con oscilaciones significativas de peso por la alternancia entre ayunos, atracones y purgas que realizan quienes la sufren. Pero además, "resulta más difícil de advertir, porque la propia relación culposa que tienen estas chicas con la comida las lleva a ocultarse cuando comen en forma desmedida o van a vomitar. Por eso es que en general pasa bastante tiempo hasta que son descubiertas por alguien" en una de esas conductas, comenta Bello.

Lo seguro es que no se puede esperar que quienes padecen bulimia o anorexia busquen alguna vez ayuda por sí solas. En principio porque la misma distorsión que tienen de su imagen corporal no les permite ver el problema, pero además porque "estos trastornos funcionan con los mismos mecanismos de una adicción", señala Russo. Es así que para ellas la única ayuda posible tiene que surgir de su entorno.