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Información General |TENIA 3,5 METROS DE ALTO Y PESABA UNOS 1.500 KILOS

El mayor oso del mundo vivió en La Plata

Se trata del ejemplar más grande de su especie. Sus restos fueron hallados debajo del Hospital San Juan de Dios

El mayor oso del mundo vivió en La Plata

El doctor Leopoldo Soibelzon compara el húmero del Arctotherium descubierto en La Plata con el de un elefante. Su tamaño apenas difiere

23 de Marzo de 2011 | 00:00

Sucede a menudo en el campo de la paleontología: los hallazgos no siempre logran ser valorados en su momento y pasan años hasta que alguien lo hace. En este caso fueron cerca de ochenta. Los restos de un oso aparecido accidentalmente a principios del siglo pasado debajo del Hospital San Juan de Dios no eran más que otro fósil en el depósito del Museo de La Plata hasta que un investigador se puso a estudiarlos bien. Resultaron pertenecer al mayor ejemplar de su especie descubierto hasta hoy en el mundo.

En 1998 el doctor Leopoldo Soibelzon -paleontólogo especialista en carnívoros fósiles e investigador del CONICET- se encontraba preparando su tesis doctoral cuando le llamó la atención un húmero de oso almacenado en el depósito del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Se dio cuenta enseguida de que correspondía a un ejemplar gigantesco pero por entonces no imaginaba cuánto.

Aquel húmero, como figuraba en la ficha del depósito, había aparecido a mediados de la década del treinta al realizarse obras de construcción en el Hospital San Juan Dios. Los obreros lo habían encontrado a unos nueve metros de profundidad junto a otros restos correspondientes a una especie de oso sin identificar. Donados al Museo por el doctor Agustín Sempé, todos ellos fueron enviados directo al depósito sin que se indagara demasiado sobre sus características. Casi un siglo más tarde, al doctor Soibelzon le tomó doce años de su vida hacerlo.

Aunque consciente desde el principio de que se trataba de un material valioso, Soilbelzon resolvió sumar información antes de darlo a conocer. Quería saber bien qué comía aquel animal, en qué tipo de ambiente había vivido y cuál era su interacción con otras especies del Pleistoceno.

Fue así que se dedicó a recorrer pequeños museos de la Provincia que pudieran tener restos insospechados de osos en sus colecciones. Y cuando ya no le quedaban más museos locales por visitar, viajó a Uruguay, Bolivia y Brasil para continuar su búsqueda allí.

Clic para ampliarAl empezar aquella tarea se creía que había 17 especies distintas de osos sudamericanos en el Pleistoceno; al concluirla, Soibelzon tenía elementos suficientes para sostener que se trataba apenas de cinco. Entre ellas, la más grande era la que había impulsado su estudio, el Arctotherium Angustidens (oso de dientes afilados, en latín), un nombre que le hace justicia a aquella bestia gigantesca.

Su hallazgo fue difundido por el Journal of Paleontology, la mayor publicación científica en su especialidad.

UN GIGANTE ENTRE GIGANTES

Los restos almacenados en el Museo de La Plata, como pudo descubrir el doctor Soibelzón, resultaron ser del "mayor ejemplar de sus especie que se conoce hasta hoy. Calculamos que medía cerca de tres metros y medio parado, y pesaba alrededor de unos 1.500 kilos", cuenta.

Para dar una idea de lo grande que era el animal, Soilbelzon acerca el húmero del Arctotherium a uno de los esqueletos de elefante africano que se exhiben en el Museo. Los huesos del brazo de una y otra especie apenas se difieren de tamaño. "El oso más grande en la actualidad, el oso polar, llega a pesar unos 800 kilos; éste animal pesaba casi el doble", dice.

Aunque "no existe un método efectivo para datar este tipo de restos, calculamos, por la profundidad en que estaban, que el ejemplar vivió en un período comprendido entre los 700 mil y un millón de años. Convivió con otros grandes mamíferos, como el tigre dientes de sable, los megaterios y gliptodontes; no así con el hombre, que por entonces no había llegado todavía al continente americano", explica Soibelzon.

Cuenta el investigador que el ejemplar estudiado vivió posiblemente en el momento de esplendor de su especie, y que luego los osos ya no volvieron a ser tan grandes. ¿Qué fue lo que ocurrió? Nadie podría explicarlo con seguridad, pero Soilbelzon comparte con otros científicos una teoría.

"Lo que ocurrió posiblemente fue que al surgir el Istmo de Panamá empezaron a llegar a América del Sur grandes carnívoros provenientes de América del Norte. Los osos debieron competir entonces por carne con otros carnívoros, como los smilodontes, lo cual los llevó a volcarse hacia una dieta más con mayor componente hervíboro", explica Soibelzón.

El ejemplar descubierto tal vez sea en sí mismo una prueba de aquella rivalidad: su húmero presenta un profundo corte y los indicios de una infección que no habría llegado a matar al animal. "Bien podría haber sido causado por el zarpazo de un tigre dientes de sable", comenta el paleontólogo.

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