Inquietud de padres por travesura en un colegio

EL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

La travesura de una alumna de tercer grado del colegio Nuestra Señora del Carmen -115 entre 530 y 531- movilizó a la comunidad educativa de ese establecimiento cuando se descubrió que la niña había repartido entre sus compañeritos un producto similar a las sales de baño. Ante la posibilidad de que se tratara de una sustancia tóxica, las docentes llamaron de inmediato a un servicio médico de emergencias, a los padres y también se comunicaron con el área de toxicología del Hospital de Niños, pero afortunadamente ninguno de los alumnos presentó síntomas de intoxicación.

El hecho se produjo el lunes último en el turno de la tarde, cuando una alumna repartió entre siete compañeros de grado un polvo de textura gruesa que había llevado de su casa envuelto en un papel. Cuando la maestra descubrió que algunos habían ingerido ese producto, se alarmó y le comunicó lo sucedido a la vicedirectora.

En un primer momento circuló la versión de que los chicos habían consumido veneno para ratas, hipótesis que luego fue descartada. Según se pudo consignar más tarde, la alumna había llevado a la escuela unas sales de colores que se utilizan para decorar y vienen en un juego que se llama “Pequeño taller de artesanías”.

De todas maneras, en cuestión de minutos se armó una gran revuelo en la escuela, se llamó a un servicio médico de emergencias para que revisara a los niños y observara cualquier síntoma físico que pudiera presentarse. En tanto otras maestras se comunicaron con los padres de los alumnos que habían estado en contacto con el producto para que los retiraran de la escuela.

“De inmediato les hablamos a los padres, les explicamos lo que había pasado y ellos se llevaron a sus hijos del establecimiento”, indicó Jimena Sánchez, directora del nivel primario.

toxicologia

Luego los padres se pusieron en contacto con el área de Toxicología del Hospital de Niños, donde se les indicó que observaran cualquier cambio en la conducta de sus hijos y que les dieran de tomar mucha agua para limpiar cualquier resto de lo que hubieran alcanzado a probar.

Con la tranquilidad de que la “ocurrencia” no pasó a mayores, la docente afirmó que todos los alumnos se encuentran en buen estado de salud. “Ninguno tuvo dolor de panza ni de cabeza. Nosotros citamos a los padres y charlamos con ellos acerca de lo sucedido para que estas cosas no vuelvan a pasar”, agregó la docente.

Se aclaró además que no es común que los chicos lleven a la escuela juegos o materiales de trabajo y que en este caso la alumna ingresó las sales envueltas en las hojas de un libro.

“Los padres de la nena nos dijeron que siempre le miran la mochila y que no se dieron cuenta de nada. Las sales las pudo haber ocultado en un bolsillo porque no era una cantidad muy grande”, señaló la directora.

De todas maneras, en la semana se realizó una charla para que los chicos tomaran conciencia de lo peligroso que puede ser ingerir productos que no son comestibles.

“Hablamos con todo el grado acerca del cuidado que tienen que tener con las cosas que se llevan a la boca, además les dijimos que nunca acepten cosas que les pueden dar personas desconocidas”, señaló Mirtha Barletta, vicedirectora de la primaria.