Repudio nacional por el fallo sobre el caso de Marita Verón

EN LA PLATA HUBO DOS FUERTES MOVILIZACIONES. UNA EN TORNO A LA PLAZA MORENO Y OTRA, A LA QUE ASISTIERON AL MENOS 2.500 PERSONAS, MARCHÓ POR EL MICROCENTRO Y CONCLUYÓ FRENTE A GOBERNACIÓN

El descontento y la indignación que provocó el polémico fallo por el caso de Marita Verón, se reflejó ayer en las principales ciudades del país, donde se multiplicaron las marchas y los actos para repudiar el dictamen de la justicia de Tucumán que liberó a todos los acusados por el secuestro y desaparición de la joven.

En La Plata una multitudinaria movilización, con banderas, bombos y pancartas, marchó por el centro de la ciudad y concluyó con una concentración frente a la Gobernación. A esa misma hora, otra importante columna de manifestantes se manifestó en inmediaciones de Plaza Moreno.

De Ushuaia a San Salvador de Jujuy, las muestras de rechazo al fallo judicial se replicaron en los principales centros urbanos, a todo lo largo del país. San Miguel de Tucumán, Córdoba, San Luis, Rosario, Salta, Mendoza y Mar del Plata, fueron algunas de las ciudades en que la gente colmó las calles para repudiar el dictamen, y, en muchos casos, exigieron redefinir el rol de la justicia frente a los casos de trata de personas.

En la sede porteña de la Casa de Tucumán la marcha se vio empañada por graves incidentes, en los que tanto manifestantes como efectivos policiales resultaron heridos.

FUERTE MOVILIZACION

En La Plata la movilización comenzó a las 18, cuando el corazón de la ciudad comenzó a retumbar al ritmo de bombos y tambores, mientras miles de manifestantes llegaban hacia inmediaciones de Plaza San Martín.

A la misma hora, otra importante columna se nucleaba en torno a Plaza Moreno. De esta manifestación, convocada por diversas agrupaciones de izquierda y organismos ligados a la lucha por los derechos humanos, participó Rosa Bru, la madre de Miguel, el estudiante de periodismo torturado y muerto en una comisaría.

Rosa, que estuvo antenoche en Tucumán durante la lectura del fallo, aseguró que el mensaje de la justicia “fue que los proxenetas sigan trabajando que nosotros (por los jueces) los bancamos”.

Pidió además a Susana Trimarco, la madre de Marita, que “ahora más que nunca tiene que seguir luchando”.

Hacia las 19, al menos 2.500 manifestantes, según la estimación policial, comenzaron a marchar por calle 7, en sentido hacia Plaza Italia. Al frente iba una batucada seguida por un cartel donde se leía “Justicia por Marita Verón y todas las chicas desaparecidas”. Esa frase sintetizaba el reclamo de miles de personas que pertenecían a diferentes agrupaciones sociales, feministas, ONG y organizaciones políticas, que marcharon pacíficamente y sin que se registraran incidentes.

Había personas de todas las edades, incluso madres que se animaron a participar con sus bebés, pero fundamentalmente en la marcha pudo advertirse una fuerte presencia de estudiantes.

Nucleados en torno a banderas que los identificaban, los manifestantes caminaron alrededor de la Plaza Italia, luego siguieron por diagonal 74 hasta 8 y desde allí atravesaron el microcentro hasta concluir la movilización frente a la Gobernación.

Iban cantando y aplaudiendo. Y en sus rostros se advertía una combinación de esperanza y confianza en que su reclamo servirá para cambiar lo que consideraron un “fallo despreciable”. Y que ayudará, asimismo, para erradicar la trata de personas y la violencia contra las mujeres.

Justamente, una de las tantas banderas fue la de los familiares de las víctimas del cuádruple crimen de La Loma, encabezados por Daniel Galle, papá de Micaela (11), la nena asesinada en la masacre. Junto a él caminaba Mirna Gómez, la esposa de Andrés Núñez, secuestrado y asesinado en 1990 por la Policía.

Al paso de la marcha muchos automovilistas hacían sonar sus bocinas, en señal de apoyo. Y cuando la columna avanzó por calle 8, la mayoría de los comerciantes salieron a observar el paso de la movilización.

Las pancartas y banderas de cada una de las organizaciones, en torno a las cuales se nuclearon sus representantes, y los diferentes cánticos que entonaban, todos al mismo tiempo, mostraron la única parcial atomización que mostró la marcha.

“Ya sabía, ya sabía... que a los proxenetas los cuida la policía”, cantaban unos; “ay, ay, ay, que risa que me da, sino van todos presos, que quilombo se va armar”, se escuchaba por otro lado.

Esos inevitables matices resaltaron que todos habían colmado las calles “por Marita Verón, para dar vuelta esta historia”, para luchar contra la violencia de género y por el desmantelamiento de las redes de trata. Y, a diferencia de lo que ocurrió en capital federal, no se registraron incidentes.

El mismo reclamo se replicaba por todo el país. “Marita somos todos”, decía la remera de una de las chicas que caminaba por el microcentro platense. Y lo mismo se leía en la de otra joven, que a la misma hora, aplaudía en la céntrica Plaza Independencia, en San Miguel de Tucumán. Ayer Marita Verón fue todos, en todas partes.

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