Escándalo en el juicio al custodio del Grand Bell

En la sala de audiencias, durante los alegatos, que comenzaron a las 16:30, se habían producido ayer dos incidentes, con fuertes insultos contra el defensor y el acusado Ariel Rolando Fernández (34), el vigilador privado acusado por el fiscal (pidió 15 años de pena), y el particular damnificado (solicitó 18), por el asalto, lesiones y tentativa de abuso sexual, "ocurrido el 18 de noviembre de 2008", en el Country Grand Bell.

Era apenas el anuncio del ataque que el profesional iba a sufrir anoche -se presume que por familiares de la víctima-, a metros de Tribunales.

El primero de los incidentes lo protagonizó Lorena Ronco (33), la víctima de este caso. Se paró en el estrado y le gritó al defensor Jorge Ubeira: "No tiene derecho para hacer cualquier cosa. Lo que le hizo a mi hija y a mí, en mi casa. H..de P...". Y se retiró de la sala.

El defensor había terminado de alegar, pidiendo la absolución por todos los delitos porque "sólo se pudo probar una portación de armas" .

A LOS GRITOS

Cuando ya terminaba la audiencia, entre las réplicas de la parte acusadora y la defensa, entró a la sala el ex marido de la víctima, Rubén Herrera. Y otra vez los gritos. "Para esto estudiaste, para defender violadores. Ahora vas a tener que salir de acá", dijo enfurecido y dirigiéndose al doctor Ubeira.

Herrera fue retirado de la sala por los guardias.

En la sala aún estaba presente otra situación escandalosa generada en el debate, también por Ronco y Herrera. Fue cuando la mujer declaraba como testigo e insultó a los gritos al acusado, y Herrera que estaba en la sala contigua hizo lo mismo y hasta intentó entrar a la sala, siendo reducido por los guardias.

"TODAS LAS GARANTIAS"

Estos incidentes de anteayer no pasaron a mayores, pero anunciaban el grave episodio ocurrido ayer a la salida de Tribunales.

El juicio siguió, mientras Ubeira miraba la retirada del hombre que le había gritado, mientras se dirigía al estrado, aunque fue detenido por los penitenciarios, a cargo de la seguridad, que lo llevaron a la salida de la sala.

El defensor luego le pidió a la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal V de La Plata, Silvia Hoerr, por su seguridad y le manifestó su temor por las manifestaciones de Herrera.

La jueza le contestó: "Quédese tranquilo doctor. Le vamos a dar todas las garantías".

Cerca de las 19, la sala fue desalojada. Se retiraron los jueces Hoerr, Claudio Bernard y Florencia Butiérrez.

Luego el fiscal de Juicio Rubén Sarlo; y los abogados del particular damnificado, Fabían Améndola y Silvia Petroff.

Detrás Ubeira, que saludó a sus colegas, luego del duro cruce durante los alegatos.

A LAS TROMPADAS

Algunos familiares y amigos de la víctima seguían merodeando las puertas de salida de los tribunales penales de 8, entre 56 y 57.

Todos salieron, menos el abogado Ubeira, que esperó unos minutos, y salió luego, solo, por un portón que da a la calle 57, entre 7 y 8.

Allí lo esperaban familiares y amigos de la víctima. Había hombres y mujeres. Comenzaron a insultarlo, y luego fue alcanzado de una trompada en la cabeza, que le voló los anteojos, mientras se aferraba a su maletín, usado a modo de escudo.

Antes de llegar a cruzar calle 8 fue derribado de una patada, y los golpes siguieron mientras estaba en el piso. Allí perdió su maletín y quedó totalmente indefenso.

La carga de golpes y gritos siguió unos segundos que perecieron interminables para el letrado, hasta que por fin llegaron policías y agentes penitenciarios, que lo levantaron del piso y lo protegieron. Lo cargaron hasta un auto que estaba en calle 8, frente a Tribunales, pero luego ingresó de nuevo al juzgado, para hacer la denuncia.

La Policía, en rigor, tres motos de baja cilindrada, con luces azules, llegaron a preservar el escenario de los hechos. A esa altura, los agresores ya no estaban. Tampoco el maletín.

Luego apareció la jueza Hoerr, que dialogó con las personas que estaban en la esquina, en busca de datos sobre el hecho, y dio instrucciones a la Policía para que buscaran sospechosos y el maletín, que luego apareció tirado cerca de Tribunales, explicaron voceros judiciales.

Todo ahora está en manos del fiscal penal de turno en La Plata, Marcelo Martini, con intervención del juez de Garantías Néstor de Aspro.