Despierta curiosidad una garita con aire acondicionado en 10 y 51

LA “GARITA TOP” DE 10 Y 51, IMPECABLE, CON VIDRIOS POLARIZADOS Y UN EQUIPO HOGAREÑO DE AIRE ACONDICIONADO

Impecablemente pintada, con ventanas de vidrios polarizados y un equipo de aire acondicionado, llama la atención a quien pase por 10 y 51 la garita desde donde se custodia la antigua residencia del vicegobernador de la Provincia, ubicada en esa esquina.

Diferente a todos los cubículos de seguridad que se encuentran repartidos en distintos puntos de la Ciudad, que son de estructuras abiertas, fabricadas con materiales más precarios, y sin ningún tipo de confort, esa garita, de 1 por 2 metros, herméticamente cerrada y con un equipo de climatización de grandes dimensiones despierta la curiosidad de la gente.

La cabina de vigilancia se ubica enfrente de la histórica mansión -construida en 1926- que sirve desde 1964 de residencia a quien ocupe el cargo de vicegobernador. Por lo general no se la ha utilizado como vivienda permanente y suele cumplir una función social y protocolar.

Esta garita posee, como se dijo, un aparato de aire acondicionado que, por lo que se infiere del tamaño del condensador que se apoya sobre el techo del habitáculo, es de una buena cantidad de frigorías.

VIGILADORES “CONFORTABLES”

Fuentes del círculo del vicegobernador Gabriel Mariotto consultadas por este diario, aunque dijeron desconocer los detalles de la estructura que ocupa una parte de la rambla de 10 y 51, señalaron que “no está nada mal que quien trabaje ahí adentro tenga un lugar confortable”.

Para los especialistas en climatización, el volumen de las habitaciones a refrigerar o calefaccionar es clave a la hora de elegir el aparato adecuado.

“Con un compresor de mediano a grande, una garita dos metros cuadrados puede convertirse en una virtual ‘heladera’ en un par de minutos” confió un comerciante del rubro: “pero también, en los días de calor, caldearse enseguida. No es tan sencillo mantener estables las temperaturas deseadas sin que el aparato esté arrancando y parando todo el tiempo”.

La cabina ubicada en la rambla de 51, hacia la esquina oeste, experimentó diferentes transformaciones de diseño y materiales a lo largo de su historia. En verano, no era inusual descubrirla abierta y ver a los agentes a su cargo intentando tomar algo de aire para zafar del sofocón. Ahora, con la llegada de la tecnología, esos tiempos pasaron al recuerdo.