La fotocopiadora cumple 75 años y no pierde la batalla

PESE A LOS AÑOS, EN LA CIUDAD LAS CASAS DE FOTOCOPIADORAS SIGUEN VIGENTES

La fotocopiadora acaba de cumplir 75 años y, pese al tiempo transcurrido y la llegada de nuevas tecnologías, su marcha parece estar todavía lejos de dar el adiós.

Todo comenzó con la empresa Xerox, que en sus comienzos se llamaba Haloid y fue la primera en lanzar la primera fotocopiadora del mundo.

Si bien el principal enemigo de este artefacto es la digitalización o el formato de documento portátil (PDF, por sus siglas en inglés), desde las casas de fotocopias de la Ciudad reconocen que el trabajo se ha mantenido en los últimos años. “Hubo un furor en los ochenta que hoy ya no existe -admite Hernán Coileti, empleado de una casa de impresiones del centro platense-, pero muchos estudiantes universitarios todavía eligen las fotocopias para estudiar. Fotocopiar una página no sale más de 30 centavos, así que pese a todo sigue siendo la opción más económica. Tal vez por eso se mantenga vigente”.

El hacedor de este aparato fue Chester Carlson (1906-1968), un físico y empresario estadounidense que a fines de octubre de 1938 logró hacer la primera imagen electrofotográfica. Este procedimiento, hasta ese entonces desconocido, permitía copiar caracteres por la vía electrostática. Al entender la magnitud de su hallazgo, acaso como un Gútenberg de su época, Carlson patentó su invento bajo el nombre de xerografía, compuesto por las palabras griegas “xeros” (seco) y “graphein” (escribir).

Antes de eso, cuenta la leyenda, el físico se pasaba días enteros en su casa de Seattle haciendo experimentos con azufre y provocando la indignación de sus vecinos, muchos de los cuales quedaban impregnados de olor en su propia casa. Un día, Carlson escribió con tinta china en un porta objetos de vidrio la primera palabra copiada y la colocó en una placa de cinc cubierta de una capa de azufre. Con un paño, frotó la superficie con fuerza y generó así una carga electrostática.

Hoy, pese a los años, todas las marcas de copiadoras utilizan casi el mismo proceso xerográfico, es decir un complejo sistema de instrumentos que se suceden y complementan de manera precisa y ordenada hasta lograr en un abrir y cerrar de ojos la duplicación de copias idénticas de un mismo documento.

El invento de Carlson generó que se hayan fotocopiado hasta ahora trillones y trillones de páginas. Según un estudio, tan sólo en el año 2011 se imprimieron en impresoras digitales con el método xerográfico más de tres billones de páginas. Sin embargo, en Europa y Estados Unidos el volumen de las impresiones bajó en 2011 un cinco por ciento respecto al año anterior.

“Es un rubro que siempre tiene fecha de defunción -dice Coileti-, pero hasta ahora sigue siendo una alternativa a la que los avances tecnológicos no le han podido dar de baja”.

Varios años después de que el invento saliera al mercado, la creación de Carlson fue celebrada como el mayor invento desde la fotografía, y en los años sesenta comenzó su marcha triunfal con la célebre Xerox 914, que ya estaba automatizada en gran parte. Este aparato lograba hacer siete copias por minuto. Poco antes de morir, y al recordar su invento, el propio Carlson diría “Pensaba en hacer algo que matara dos pájaros de un tiro: dar algo bueno al mundo y también a mí mismo”.