Días de radio (y rock)

Un poco de funk, algo de soul y mucho rock es lo que propone el brasileño Ed Motta en su nuevo trabajo, “AOR”.

Titulado en referencia a la sigla con que se conoce, en el mundo angloparlante y particularmente los Estados Unidos, al “Adult oriented rock”, el álbum remite a los hits (norte) americanos de los ‘80 y a nombres que para él formaron parte de esa historia hilvanada en recuerdos radiales.

“Yo no hablo castellano, me gustaría mucho saber hablar castellano bien, hablo un portuñol muy zafado” confiesa Motta para explicar su particular feeling con el universo de los argentinos y sus cosas.

“Leo mucho, soy fanático de los cómics de muchos artistas, de cómics argentinos: Solano López, Horacio Altuna... Fue así que conocí muchas palabras en español” recuerda: “la primera vez que he estado aquí fue en 1995 y me alojé en el hotel Bauen, eso fue muy interesante. Yo comprendo todo lo que se habla y escucho mucho la música argentina. Allá en el ‘95 tenía dos listas, una de rock argentino y otra de jazz argentino y comenzó así el contacto con la cultura de la música argentina...”.

QUERIAMOS TANTO A LUIS

Verborrágico, Motta -quien es acompañado en vivo por Dante Spinetta- aclara que “soy un fanático, una especia de “groupie” de su padre Luis Alberto; Pienso que Dante y yo tenemos muchas cosas en común, los dos empezamos la carrera de muy jóvenes. Él es un artista latinoamericano como yo influenciado por la cultura norteamericana; somos políticamente incorrectos; y además, para mí la música argentina es como un paseo en taxi por Buenos Aires, en la noche luego de comer muchas achuras.

El multiinstrumentista repasa y amplía su vínculo porteño con precisión: “soy fanático del tango progresista, de Rodolfo Alchourrón que es una música que tiene una influencia de rock y de pop. Me gustan mucho las bandas Tantor, Alas, Caballo Vapor, La Pesada, Arco Iris; admiro a Miguel Abuelo, Baby López Furst, Jorge Navarro, Andres Boiarski, Jorge Lopez Ruiz...”.

Interpretando piano y guitarra, en AOR Motta deja de lado sus habituales aptitudes de “hombre orquesta” para centrarse en la producción, lo conceptual y los detalles sonoros. “Es un disco que habla de la música con la que he crecido, escuchando la radio en los inicios de los ‘80” enfoca: “Christopher Cross, Gino Vanelli, Boz Scaggs... No quería hacer una música hermética, sino que fuera un puente de comunicación con las personas; pero con sofisticación en la preparación, cuidada en los arreglos. Al lado de mis dos discos avant-garde, creo que está entre lo mejor de mi carrera”.

“Hay un disco mío que se llama “Chapter nine”, de 2008, donde yo toco todos los instrumentos” admite, “aunque no soy un multi-instrumentista virtuoso, no soy Pedro Aznar que es un extraterrestre que toca de todo; me gustaría mucho pero el padre del cielo no me dio ese don, me ha dado otras cosas, ¡no puedo reclamar!”.