Salarios casi sin cambios

La evolución de los salarios se mantuvo relativamente estable en agosto (ver gráfico), destaca un informe de la consultora Management & Fit, donde se destaca que según el Indec, las remuneraciones registraron un aumento anual del 24,8% en ese mes (tasa similar idéntica al promedio de los 6 meses previos).

Los salarios de los trabajadores del sector privado registrado aumentaron 24,7% anual (24,8% en agosto), mientras que los salarios de los trabajadores informales se expandieron 26,7% (28,9% el mes anterior).

En tanto, el crecimiento de las remuneraciones de los empleados públicos, generalmente rezagado respecto al del sector privado también se mantuvo estable (23,8% contra 23,3%).

EL PROMEDIO

Según los datos oficiales, el salario bruto promedio de la economía rondó los $7.500 mensuales. A diferencia de lo que sucede con las tasas de crecimiento, la remuneración de los empleados públicos es la más alta ($8.440), seguida por la de los trabajadores formales ($8.136) y la de los informales ($3.990).

De acuerdo con el trabajo, si bien resultan positivos, los cambios en el Impuesto a las Ganancias, Monotributo y Asignaciones Familiares anunciadas recientemente beneficiarán principalmente a los primeros dos grupos, dejando de lado a los informales, quienes poseen una situación laboral precaria y remuneraciones visiblemente rezagadas. Siempre de acuerdo a la interpretación de la consultora se busca impulsar el consumo los beneficiarios de estos cambios son habitantes de grandes centros urbanos.

A pesar de la aceleración inflacionaria de agosto, ello no se tradujo en una caída del salario real.

En agosto se observó una aceleración de los precios (por tercer mes consecutivo), registrándose una inflación anual del 25,2% (frente a 24,9% y 23,8% de los meses anteriores).

Sin embargo, se sintió el impacto de las negociaciones salariales, que en muchos casos lograron aumentos en torno al 24-25% (aunque escalonado).

El estancamiento del salario real no ha sido bueno para el consumo. El control de precios durante el primer trimestre y las paritarias en el segundo evitaron una licuación del poder adquisitivo, acotando el impacto sobre el consumo.

Ello se reflejó en los distintos segmentos que, con excepción del mercado automotor, registraron entre leves bajas y subas mínimas.