Golpean a empleada y se llevan 40 mil pesos

FERNANDO GANGONI, DUEÑO DE LA INMOBILIARIA QUE LLEVA SU NOMBRE, EN 38 ENTRE 10 Y 11, CONTÓ QUE GUARDAN UNOS 2.000 PESOS PARA CASOS COMO ÉSTE. PERO LOS LADRONES BUSCARON Y HALLARON MÁS

Como todos los días, la empleada de una inmobiliaria de la zona Norte de la Ciudad abrió ayer el local en el que trabaja, en 38 entre 10 y 11. Eran las 9 de otra calurosa mañana en la ciudad y no pasaron muchos minutos antes de que llegaran a la puerta dos muchachos de poco más de 25 años. Tocaron el timbre. Parecían clientes.

La joven los hizo pasar. Y en cuestión de segundos se vio reducida a punta de pistola. “Primero le pegaron un cabezazo en la nariz, que la dejó lastimada, y después la zamarrearon de los pelos”, relató Fernando Gangoni (42), el martillero encargado de la inmobiliaria.

Semejante maltrato se debió a que en un primer momento los dos mil pesos que la chica les entregó no conformó a los delincuentes. “Es plata que siempre tenemos para darles por si nos vienen a ‘visitar’”, ironizó el martillero respecto a los delincuentes.

“Indignados” con esa suma, los ladrones obligaron a la empleada a ir hacia el baño, en donde la dejaron encerrada bajo llave.

¿CON EL DATO O POR CASUALIDAD?

Así, los dos delincuentes se dedicaron a revisar cada rincón del local en busca de alguno en el que hubiera más dinero. Y lo lograron: dieron con “entre 35 y 40 mil pesos”, según especuló Gangoni en diálogo con EL DIA.

Lo que llamó la atención del martillero fue que los ladrones coincidieran de manera casual con el día en el que guardaban la plata de varios alquileres que iban a llevarse algunos clientes.

Aunque a primera vista surja la posibilidad de que se haya tratado de un dato previo con el que contaban los asaltantes, Gangoni desestimó esa posibilidad. “Lo encontraron de casualidad”, aseguró el hombre.

Todo terminó cuando los delincuentes salieron por la puerta y se fueron caminando, tal como llegaron. La empleada lastimada comenzó a gritar pidiendo auxilio, hasta que una vecina oyó los alaridos y le avisó al encargado.

Después del asalto, a las víctimas no les quedó más remedio que encarar el resto de la jornada laboral, como si fuera un día cualquiera. “Ella quedó shockeada”, describió Gangoni refiriéndose a la chica.

Con el de ayer, la inmobiliaria Gangoni quebró la racha de diez años sin padecer un robo. Aunque hace dos años al martillero lo habían asaltado en dos oportunidades, en una sola semana.

“Me robaron y me tuve que mudar”, recordó Gangoni.