Con impronta latina

EL DISEÑADOR VENEZOLANO ANGEL SÁNCHEZ LLEVÓ A LA PASARELA LA ELEGANCIA QUE LE CARACTERIZA PLASMADA EN VESTIDOS, EN SU MAYORÍA LARGOS, PARA COMPLACER A LA MUJER EXIGENTE QUE GUSTA DESTACAR EN FIESTAS O CÓCTELES

La Semana de la Moda en Nueva York, que se llevó a cabo por primera vez en 1943, albergó este año cerca de un centenar de desfiles, en el escenario principal del Lincoln Center, y muchos más en otros puntos de la ciudad.

Fuera del circuito oficial, que atrae miles de visitantes y compradores, también hay otras pasarelas de modistos emergentes que muestran su visión de la moda, o de otros que, simplemente, prefieren enseñar su trabajo fuera del rigor o alto costo de la Mercedes-Benz Fashion Week.

En ambos circuitos no faltaron los diseñadores latinos que han dejado su huella, como el dominicano De la Renta y la venezolana Carolina Herrera, cuyo imperio sigue creciendo, y cuyas propuestas se traducen en dos de los desfiles más concurridos y esperados en cada temporada, y otros como el cubano Narciso Rodríguez y el también venezolano Angel Sánchez, que han vestido en varias ocasiones a estrellas de Hollywood.

Este año la primera en hacerlo fue la uruguaya Gabriela Perezutti quien, al igual que el peruano Sergio Dávila y el mexicano César Galindo, mostraron sus creaciones en el circuito oficial y en todas estuvieron presentes, una vez más, sus raíces hispanas.

La uruguaya eligió este año como tema el poncho pampa, confeccionado por los indios pampas, que se caracteriza por dibujos con motivos a base de cruz y siempre en ángulos rectos.

La firma Candela, que ella dirige, se caracteriza por el romanticismo de las creaciones para mujer, adornadas de encajes, a las que se agrega un elemento urbano como un suéter o un par de botas o zapatos casuales para un ‘look’ urbano muy neoyorquino, ciudad que inevitablemente ha influido en sus propuestas.

Así, este año agregó la cruz que adornaban los ponchos a botas de piel que se confeccionan en España , así como los bordados de pájaros que usó en pantalones, zapatos o leggings.

La colección incluyó, además, faldas y vestidos bordados en pedrería, otros en algodón o de encajes y transparentes, característicos de Candela.

También blusas y pantalones con bordados de pájaros, piezas que confeccionó en algodones, sedas, lanas y piel, y eligió el gris, blanco y rosa como colores primarios, que combinó con azul, el bordó (o vino tinto) y negro .

Mientras que César Galindo, nacido en Texas de inmigrantes mexicanos, volvió a llevar a la Semana de la Moda una elegante y sensual colección de vestidos, una pieza que le ha dado a conocer, y en la que no faltaron los colores brillantes, rojo, dorado, marrón, azul, que según el diseñador, le recuerdan las casas en cualquier vecindario de México.

“Soy latino”, dice con satisfacción Galindo, radicado hace 27 años en Nueva York, ante el uso de color y su énfasis en destacar la figura y sensualidad de la mujer, ya sea en sus colecciones Czar by César Galindo, “prêt-à-porter” o la César Galindo Collection de alta costura, para la que dice se imagina con ella a Sofia Loren que ha sido su fuente de inspiración.

Para esta temporada invernal presentó creativos vestidos de fiesta, algunos ceñidos, que moldean el cuerpo con sensualidad, o con mucho volumen y con cinturones, otros de corte asimétrico o con plisado en la espalda centrando la atención de la pieza en ese detalle.

También blusas tipo túnica, pantalón de pata ancha y leggins, chaquetas cortas y el mono (overol), una colección que además de ser cómoda complace a la mujer con variedad de estilos.