La oposición bonaerense empieza a mover las fichas

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

D e a poco, el espacio progresista de la oposición en la provincia de Buenos Aires parece desperezarse de cara a las elecciones legislativas de este año.

Es una decisión tomada la ampliación del Frente Amplio Progresista con la incorporación a ese espacio de la Coalición Cívica provincial, divorciada hace tiempo de Elisa Carrió y emprendiendo ahora un camino de reconstrucción sin la presencia de su hiperpersonalista fundadora.

La CC viene de tocar fondo en la presidencial de 2011 y todavía sobrevuelan numerosas facturas a Lilita por esa caída. Es por eso que ahora se proponen hacer un acuerdo de “partido a partido” en lugar de “privilegiar individualismos”. Es una fórmula que les sirve a los ex “Lilitos” para afrontar su condición de punto y no de banca ante el otro actor que hace dos años, y aún a abismal diferencia del Frente Para la Victoria, obtuvo el segundo lugar en la elección general.

NUMERO PUESTO

La diputada del GEN Margarita Stolbizer, cabeza visible del FAP bonaerense, parece número puesto para encabezar la boleta de legisladores nacionales que presente este armado. La CC, aparentemente, propondrá el nombre del joven ex diputado Adrián Pérez para esa nómina. El lugar que ocuparía éste dependerá de las alianzas finales y las relaciones de fuerzas internas que queden establecidas. Pérez, por cierto, debería limar cierto resquemor que habría en el Frente Amplio por su prolongada ausencia del país en un año tan crucial (cursa una beca en Estados Unidos), según fuentes ligadas al partido que a nivel nacional se referencia en Hermes Binner.

Las charlas finales entre estas dos fuerzas políticas opositoras al sciolismo comenzaron en enero pasado y durante febrero tuvieron dos capítulos decisivos, el último de ellos publicitado con una foto que compartieron Stolbizer y los referentes de la CC Walter Martello y Oscar Negrelli. Estos dos diputados provinciales comandarán el Congreso de la Coalición Cívica que se reunirá el 9 de marzo para bendecir la alianza con el FAP y eventualmente con otros partidos. Básicamente, esto último es dejar una puerta abierta por si se suman al Frente Amplio el radicalismo y Proyecto Sur, dos sectores que están en conversaciones con la actual conducción del FAP.

No es un secreto que, para el FAP, los entendimientos con los radicales, que en todas las mesas de conversación quieren hacer valer su centenaria historia y su red de militantes, son mucho más difíciles de concretar que con la Coalición Cívica. Pequeñas guerras de egos y reproches de antaño suelen cruzar esas charlas. Siempre está a mano la receta la elección interna abierta -mecanismo previsto por la ley- para dirimir candidaturas, pero todos son conscientes de la endeblez de un acuerdo posterior en el que podría haber vencedores y vencidos reales y tangibles.

Más allá de que la bonaerense y la porteña son realidades diferentes para casi todas las fuerzas políticas, probablemente la eventual incorporación de Proyecto Sur a un espacio más amplio como el FAP deba esperar a lo que pase en la capital federal. Allí, Fernando “Pino” Solanas y Carrió avanzan con conversaciones políticas para cerrar un frente electoral conjunto cuyo lema fundacional sería la cuestión ética y de lucha contra la corrupción.

Obviamente que en suelo porteño habrá que compatibilizar los egos de los posibles candidatos de cada fuerza porque todos quieren estar en un lugar expectante en un distrito dominado políticamente por el macrismo, que aparece liderando los sondeos. Pero, sobre todo, deberán responder una pregunta crucial antes de firmar cualquier papel para que el acuerdo no quede sólo en una aventura coyuntural: si hacen una buena elección este año, ¿será Pino o será Lilita el candidato presidencial del 2015 de ese espacio nítidamente antikirchnerista?

EN EL MACRISMO

En el PRO, el espacio macrista que en la Provincia aún no tiene un candidato con chances serias, aseguran que finalmente se tornarán competitvos pero no explican bien cómo. Ese espacio está signado por una pelea interna fuerte: la que mantienen el ministro de gobierno porteño y armador político de Mauricio Macri, el peronista Emilio Monzó, con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, que ha cobrado cierto protagonismo en el club de jefes comunales del norte del GBA.

Cuentan en el macrismo que Monzó es el que apadrina las postulaciones del economista Carlos Melconián y del ministro de Seguridad de la Capital, Guillermo Montenegro (con raíces familiares en La Plata), como principales cartas del PRO bonaerense para octubre. Ambos se pasaron todo el verano recorriendo la Costa en plan de campaña, en un trabajo que buscó mejorar sus bajos niveles de conocimiento. Y que está en línea con incorporaciones que buscan impacto mediático, como el acercamiento en Bahía Blanca al hermano de Emanuel Ginóbili, Leandro, o en Mar del Plata al ex corredor de TC Eduardo Ramos, más conocido como Lalo.

CON INTENDENTES

Jorge Macri, según las fuentes, se opone sobre todo al dueto Melconián-Montenegro porque quiere privilegiar un armado más aliancista y multipartidario que incluya al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y a su par de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. Además, en charlas privadas, le endilga a Monzó el fracaso de la negociación interna para convencer a Gabriela Michetti de que pegara el salto distrital y se postule en la provincia más grande del país. Por cierto, el “No” de la carismática diputada reveló la carencia de nombres fuertes en el macrismo.

Acaso en algo coincidan Monzó -ex intendente de Carlos Tejedor- y el primo Jorge: aún por caminos diferentes, buscan armar bien al PRO antes de sentarse a conversar de un acuerdo con Francisco De Narváez, otro actor de la política bonaerense que asegura que en octubre va a jugar pero no dice exactamente a dónde y se muestra cada vez más complaciente con Daniel Scioli.